Hebreos 8
(Hb 8, 1-5) Sentado a la derecha del Dios de Majestad
[1] Tratemos de resumir lo que hemos dicho: tenemos un sumo sacerdote que está sentado a la derecha del Dios de Majestad en los cielos; [2] él está a cargo del santuario y de la tienda verdadera, levantada no por hombres, sino por el Señor. [3] Todo sumo sacerdote es instituido para presentar a Dios ofrendas y sacrificios y, por tanto, Jesús tiene que ofrecer algún sacrificio. [4] Si se hubiera quedado en la tierra, ni siquiera sería sacerdote, puesto que son otros, designados por la Ley, los que ofrecen los sacrificios. [5] La liturgia de estos, en realidad, no es sino una figura y una sombra de realidades sobrenaturales, como lo indica la palabra de Dios a Moisés cuando estaba para construir el Santuario. Le dijo: Mira, harás todo conforme al modelo que se te mostró en el monte.
(C.I.C 1069) La palabra "Liturgia" significa originariamente "obra o quehacer público", "servicio de parte de y en favor del pueblo". En la tradición cristiana quiere significar que el Pueblo de Dios toma parte en "la obra de Dios" (cf. Jn 17,4). Por la liturgia, Cristo, nuestro Redentor y Sumo Sacerdote, continúa en su Iglesia, con ella y por ella, la obra de nuestra redención. (C.I.C 1068) Es el Misterio de Cristo lo que la Iglesia anuncia y celebra en su liturgia a fin de que los fieles vivan de él y den testimonio del mismo en el mundo: “En efecto, la liturgia, por medio de la cual ‘se ejerce la obra de nuestra redención’, sobre todo en el divino sacrificio de la Eucaristía, contribuye mucho a que los fieles, en su vida, expresen y manifiesten a los demás el misterio de Cristo y la naturaleza genuina de la verdadera Iglesia” (Sacrosanctum Concilium, 2). (C.I.C 1072) "La sagrada liturgia no agota toda la acción de la Iglesia" (Sacrosanctum Concilium, 9): debe ser precedida por la evangelización, la fe y la conversión; sólo así puede dar sus frutos en la vida de los fieles: la Vida nueva según el Espíritu, el compromiso en la misión de la Iglesia y el servicio de su unidad. (C.I.C 1075) La catequesis litúrgica pretende introducir en el Misterio de Cristo (es "mistagogia"), procediendo de lo visible a lo invisible, del signo a lo significado, de los "sacramentos" a los "misterios". Esta modalidad de catequesis corresponde hacerla a los catecismos locales y regionales. El presente catecismo, que quiere ser un servicio para toda la Iglesia, en la diversidad de sus ritos y sus culturas (cf. Sacrosanctum Concilium, 3-4), enseña lo que es fundamental y común a toda la Iglesia en lo que se refiere a la liturgia en cuanto misterio y celebración (primera sección), y a los siete sacramentos y los sacramentales (segunda sección).
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