[1] Yo soy la verdadera vid y mi Padre es el viñador. [2 Él corta todos mis sarmientos que no dan fruto; al que da fruto, lo poda para que dé más todavía. [3] Ustedes ya están limpios por la palabra que yo les anuncié. [4] Permanezcan en mí, como yo permanezco en ustedes. Así como el sarmiento no puede dar fruto si no permanece en la vid, tampoco ustedes, si no permanecen en mí. [5] Yo soy la vid, ustedes los sarmientos. El que permanece en mí, y yo en él, da mucho fruto, porque separados de mí, nada pueden hacer. [6] Pero el que no permanece en mí, es como el sarmiento que se tira y se seca; después se recoge, se arroja al fuego y arde. [7] Si ustedes permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y lo obtendrán. [8] La gloria de mi Padre consiste en que ustedes den fruto abundante, y así sean mis discípulos.
sábado, 10 de enero de 2009
Jn 15, 1-8 Separados de mí, nada pueden hacer
Juan 15
(Jn 15, 1-8) Separados de mí, nada pueden hacer [1] Yo soy la verdadera vid y mi Padre es el viñador. [2 Él corta todos mis sarmientos que no dan fruto; al que da fruto, lo poda para que dé más todavía. [3] Ustedes ya están limpios por la palabra que yo les anuncié. [4] Permanezcan en mí, como yo permanezco en ustedes. Así como el sarmiento no puede dar fruto si no permanece en la vid, tampoco ustedes, si no permanecen en mí. [5] Yo soy la vid, ustedes los sarmientos. El que permanece en mí, y yo en él, da mucho fruto, porque separados de mí, nada pueden hacer. [6] Pero el que no permanece en mí, es como el sarmiento que se tira y se seca; después se recoge, se arroja al fuego y arde. [7] Si ustedes permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y lo obtendrán. [8] La gloria de mi Padre consiste en que ustedes den fruto abundante, y así sean mis discípulos.
(C.I.C 755) "La Iglesia es labranza o campo de Dios (1Co 3, 9). En este campo crece el antiguo olivo cuya raíz santa fueron los patriarcas y en el que tuvo y tendrá lugar la reconciliación de los judíos y de los gentiles (Rm 11, 13-26). El labrador del cielo la plantó como viña selecta (Mt 21, 33-43 y paralelos; cf. Is 5, 1-7). La verdadera vid es Cristo, que da vida y fecundidad a a los sarmientos, es decir, a nosotros, que permanecemos en él por medio de la Iglesia y que sin él no podemos hacer nada (Jn 15, 1-5)" (Lumen gentium, 6). (C.I.C 1988) Por el poder del Espíritu Santo participamos en la Pasión de Cristo, muriendo al pecado, y en su Resurrección, naciendo a una vida nueva; somos miembros de su Cuerpo que es la Iglesia (cf. 1Co 12), sarmientos unidos a la Vid que es Él mismo (cf. Jn 15, 1-4): “Por el Espíritu Santo participamos de Dios […] Por la participación del Espíritu venimos a ser partícipes de la naturaleza divina [...] Por eso, aquellos en quienes habita el Espíritu están divinizados” (San Atanasio de Alejandría, Epistula ad Serapionem, 1, 24: PG 26, 585-588).
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario