miércoles, 2 de julio de 2008
Lc 5, 22-26 Jesús tiene el poder de perdonar los pecados
(Lc 5, 22-26) Jesús tiene el poder de perdonar los pecados
[22] Pero Jesús, conociendo sus pensamientos, les dijo: «¿Qué es lo que están pensando? [23] ¿Qué es más fácil decir: “Tus pecados están perdonados”, o “Levántate y camina”? [24] Para que ustedes sepan que el Hijo del hombre tiene sobre la tierra el poder de perdonar los pecados –dijo al paralítico– yo te lo mando, levántate, toma tu camilla y vuelve a tu casa». [25] Inmediatamente se levantó a la vista de todos, tomó su camilla y se fue a su casa alabando a Dios. [26] Todos quedaron llenos de asombro y glorificaban a Dios, diciendo con gran temor: «Hoy hemos visto cosas maravillosas».
(C.I.C 1443) Durante su vida pública, Jesús no sólo perdonó los pecados, también manifestó el efecto de este perdón: a los pecadores que son perdonados los vuelve a integrar en la comunidad del pueblo de Dios, de donde el pecado los había alejado o incluso excluido. Un signo manifiesto de ello es el hecho de que Jesús admite a los pecadores a su mesa, más aún, él mismo se sienta a su mesa, gesto que expresa de manera conmovedora, a la vez, el perdón de Dios (cf. Lc 15) y el retorno al seno del pueblo de Dios (cf. Lc 19,9). (C.I.C 1116) Los sacramentos, como "fuerzas que brotan" del Cuerpo de Cristo (cf Lc 5,17; 6,19; 8,46) siempre vivo y vivificante, y como acciones del Espíritu Santo que actúa en su Cuerpo que es la Iglesia, son "las obras maestras de Dios" en la nueva y eterna Alianza.
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