domingo, 31 de marzo de 2019
Comentario CIC al YouCat Pregunta n. 468.
(Respuesta YouCat) El anhelo último y mayor
del hombre sólo puede ser Dios. Contemplarle a él, nuestro Creador, Señor
y Redentor, es la felicidad sin fin.
Reflecciones y puntos a profundizar (Comentario CIC) (C.I.C 2548) El deseo de la felicidad
verdadera aparta al hombre del apego desordenado a los bienes de este mundo, y
tendrá su plenitud en la visión y la bienaventuranza de Dios. ‘La promesa [de
ver a Dios] supera toda felicidad […] En la Escritura, ver es poseer […]. El
que ve a Dios obtiene todos los bienes que se pueden concebir’ (San Gregorio de
Nisa, De beatitudinibus, oratio 6: Gregorii Nysseni opera: PG 44, 1265).
(C.I.C 2549) Corresponde, por tanto, al pueblo santo luchar, con la gracia de
lo alto, para obtener los bienes que Dios promete. Para poseer y contemplar a
Dios, los fieles cristianos mortifican sus concupiscencias y, con la ayuda de
Dios, vencen las seducciones del placer y del poder.
Para meditar
(Comentario CIC) (C.I.C
2550) En este camino hacia la perfección, el Espíritu y la Esposa llaman a
quien les escucha (cf. Ap 22, 17) a la comunión perfecta con Dios: “Allí se
dará la gloria verdadera; nadie será alabado allí por error o por adulación;
los verdaderos honores no serán ni negados a quienes los merecen ni concedidos
a los indignos; por otra parte, allí nadie indigno pretenderá honores, pues
allí sólo serán admitidos los dignos. Allí reinará la verdadera paz, donde
nadie experimentará oposición ni de sí mismo ni de otros. La recompensa de la
virtud será Dios mismo, que ha dado la virtud y se prometió a ella como la
recompensa mejor y más grande que puede existir […]: "Yo seré su Dios, y
ellos serán mi pueblo" (Lv 26, 12) [...] Este es también el sentido de las
palabras del apóstol: "para que Dios sea todo en todos" (1Co 15, 28).
El será el fin de nuestros deseos, a quien contemplaremos sin fin, amaremos sin
saciedad, alabaremos sin cansancio. Y este don, este amor, esta ocupación serán
ciertamente, como la vida eterna, comunes a todos” (San Agustín, De civitate Dei, 22, 30: PL 41,
801-802).
sábado, 30 de marzo de 2019
Comentario CIC al YouCat Pregunta n. 467.
YOUCAT Pregunta n. 467. - Parte II. ¿Por qué nos exige Jesús la «pobreza de corazón»?
(Respuesta YouCat – repeticion) «El cual,
siendo rico, por vosotros se hizo pobre para enriqueceros con su pobreza» (2
Cor 8,9).
Reflecciones y puntos a profundizar (Comentario CIC) (C.I.C 2557) El hombre que anhela dice:
"Quiero ver a Dios". La sed de Dios es saciada por el agua de la vida
etrna (cf. Jn 4,14). (C.I.C 2546) ‘Bienaventurados los pobres en el espíritu’
(Mt 5, 3). Las bienaventuranzas revelan un orden de felicidad y de gracia, de
belleza y de paz. Jesús celebra la alegría de los pobres, a quienes pertenece
ya el Reino (cf. Lc 6, 20): “El Verbo llama ‘pobreza en el Espíritu’ a la
humildad voluntaria de un espíritu humano y su renuncia; el apóstol nos da como
ejemplo la pobreza de Dios cuando dice: ‘Se hizo pobre por nosotros’” (2Co 8,
9; San Gregorio de Nisa, De
beatitudinibus, oratio 1: PG 44, 1200).
Para meditar
(Comentario YouCat) También los
jóvenes experimentan el vacío interior. Pero sentirse así de pobre no es sólo
negativo. Sólo necesito buscar con todo el corazón a quien puede llenar mi
vacío y convertir mi pobreza en riqueza. Por eso dice Jesús: «Bienaventurados
los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos» (Mt 5,3).
(Comentario CIC) (C.I.C
2547) El Señor se lamenta de los ricos porque encuentran su consuelo en la
abundancia de bienes (cf. Lc 6, 24). ‘El orgulloso busca el poder terreno,
mientras el pobre en espíritu busca el Reino de los cielos’ (San Agustín, De sermone Domini in monte, 1, 1, 3: PL
34, 1232). El abandono en la providencia del Padre del cielo libera de la
inquietud por el mañana (cf. Mt 6, 25-34). La confianza en Dios dispone a la
bienaventuranza de los pobres: ellos verán a Dios.
(Siguiente Pregunta: ¿Qué es lo que el hombre debería desear más ardientemente?)
viernes, 29 de marzo de 2019
Comentario CIC al YouCat Pregunta n. 467.
YOUCAT Pregunta n. 467. - Parte I. ¿Por qué nos exige Jesús la «pobreza de corazón»?
(Respuesta YouCat) «El cual, siendo rico,
por vosotros se hizo pobre para enriqueceros con su pobreza» (2 Cor 8,9).
Reflecciones y puntos a profundizar (Comentario CIC) (C.I.C 2544) Jesús exhorta a sus discípulos a
preferirle a Él respecto a todo y a todos y
les propone ‘renunciar a todos sus bienes’ (cf. Lc 14, 33) por Él y por el Evangelio (cf. Mc 8, 35). Poco antes de
su pasión les mostró como ejemplo la pobre viuda de Jerusalén que, de su
indigencia, dio todo lo que tenía para vivir (cf. Lc 21, 4). El precepto del
desprendimiento de las riquezas es obligatorio para entrar en el Reino de los
cielos. (C.I.C 2555) Los fieles cristianos "han crucificado la carne con
sus pasiones y sus concupiscencias" (Gal 5,24); son guiados por el
Espíritu y siguen los deseos del Espíritu.
Para meditar
(Comentario YouCat) También los
jóvenes experimentan el vacío interior. Pero sentirse así de pobre no es sólo
negativo. Sólo necesito buscar con todo el corazón a quien puede llenar mi
vacío y convertir mi pobreza en riqueza. Por eso dice Jesús: «Bienaventurados
los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos» (Mt 5,3).
(Comentario CIC) (C.I.C
2545) ‘Todos los cristianos han de intentar orientar rectamente sus deseos para
que el uso de las cosas de este mundo y el apego a las riquezas no les impidan,
en contra del espíritu de pobreza evangélica, buscar el amor perfecto’ (Lumen gentium, 42).
(Continua la Pregunta: ¿Por qué nos exige Jesús la «pobreza de corazón»?)
jueves, 28 de marzo de 2019
Comentario CIC al YouCat Pregunta n. 466.
YOUCAT Pregunta n. 466. - Parte III. ¿Qué es la envidia y cómo se puede luchar contra ella?
(Respuesta YouCat – repeticion) La envidia
es disgusto y enfado ante el bienestar de otros y el deseo de apropiarse indebidamente
de lo que otros tienen. Quien desea el mal de otro, peca gravemente. La envidia
decrece cuando uno se esfuerza por alegrarse cada vez más de los éxitos y los
dones de otros, cuando se cree en la providencia amorosa de Dios también para
uno mismo y cuando se orienta el corazón hacia la verdadera riqueza. Ésta
consiste en que por medio del Espíritu Santo tenemos ya parte en Dios.
Reflecciones y puntos a profundizar (Comentario CIC) (C.I.C 2540) La envidia representa una de las
formas de la tristeza y, por tanto, un rechazo de la caridad; el bautizado debe
luchar contra ella mediante la benevolencia. La envidia procede con frecuencia
del orgullo; el bautizado ha de esforzarse por vivir en la humildad:
“¿Querríais ver a Dios glorificado por vosotros? Pues bien, alegraos del
progreso de vuestro hermano y con ello Dios será glorificado por vosotros. Dios
será alabado -se dirá- porque su siervo ha sabido vencer la envidia poniendo su
alegría en los méritos de otros” (San Juan Crisóstomo, In epistulam ad Romanos, homilía 7, 5: PG 60, 448).
Para meditar
(Comentario CIC) (C.I.C
2554) El bautizado combate la envidia mediante la caridad, la humildad y el
abandono en la providencia de Dios.
(Siguiente Pregunta: ¿Por qué nos exige Jesús la «pobreza de corazón»?)
miércoles, 27 de marzo de 2019
Comentario CIC al YouCat Pregunta n. 466.
YOUCAT Pregunta n. 466. - Parte II. ¿Qué es la envidia y cómo se puede luchar contra ella?
(Respuesta YouCat – repeticion) La envidia
es disgusto y enfado ante el bienestar de otros y el deseo de apropiarse
indebidamente de lo que otros tienen. Quien desea el mal de otro, peca
gravemente. La envidia decrece cuando uno se esfuerza por alegrarse cada vez
más de los éxitos y los dones de otros, cuando se cree en la providencia
amorosa de Dios también para uno mismo y cuando se orienta el corazón hacia la
verdadera riqueza. Ésta consiste en que por medio del Espíritu Santo tenemos ya
parte en Dios.
Reflecciones y puntos a profundizar (Comentario CIC) (C.I.C 2539) La envidia es un pecado capital.
Manifiesta la tristeza experimentada ante el bien del prójimo y el deseo
desordenado de poseerlo, aunque sea en forma indebida. Cuando desea al prójimo
un mal grave es un pecado mortal: San Agustín veía en la envidia el ‘pecado
diabólico por excelencia’ (San Agustín, De
disciplina christiana, 7, 7: PL 40, 673; Id., Epistula 108: PL 33, 410). ‘De la envidia nacen el odio, la
maledicencia, la calumnia, la alegría causada por el mal del prójimo y la
tristeza causada por su prosperidad’ (San Gregorio Magno, Moralia in Job, 31, 45, 88: PL 76, 621).
Para meditar
(Comentario CIC) (C.I.C
2553) La envidia es la tristeza que se experimenta ante el bien del prójimo y
el deseo desordenado de apropiárselo. Es un pecado capital.
(Continua la Pregunta: ¿Qué es la envidia y cómo se puede luchar contra ella?)
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