viernes, 30 de septiembre de 2011

2Pd 1, 20 Nadie puede interpretar por cuenta propia una profecía

(2Pd 1, 20) Nadie puede interpretar por cuenta propia una profecía

[20] Pero tengan presente, ante todo, que nadie puede interpretar por cuenta propia una profecía de la Escritura.

(C.I.C 81) "La Sagrada Escritura es la palabra de Dios, en cuanto escrita por inspiración del Espíritu Santo". "La Tradición recibe la palabra de Dios, encomendada por Cristo y el Espíritu Santo a los Apóstoles, y la transmite íntegra a los sucesores; para que ellos, iluminados por el Espíritu de la verdad, la conserven, la expongan y la difundan fielmente en su predicación" (Dei verbum, 9). (C.I.C 82) De ahí resulta que la Iglesia, a la cual está confiada la transmisión y la interpretación de la Revelación "no saca exclusivamente de la Escritura la certeza de todo lo revelado. Y así las dos se han de recibir y respetar con el mismo espíritu de devoción" (Dei verbum, 9). (C.I.C 84) "El depósito" (cf. 1Tm 6,20; 2Tm 1,12-14) de la fe (depositum fidei), contenido en la Sagrada Tradición y en la Sagrada Escritura fue confiado por los Apóstoles al conjunto de la Iglesia. "Fiel a dicho depósito, el pueblo cristiano entero, unido a sus pastores, persevera siempre en la doctrina apostólica y en la unión, en la eucaristía y la oración, y así se realiza una maravillosa concordia de pastores y fieles en conservar, practicar y profesar la fe recibida" (Dei verbum, 10). (C.I.C 85) "El oficio de interpretar auténticamente la palabra de Dios, oral o escrita, ha sido encomendado sólo al Magisterio vivo de la Iglesia, el cual lo ejercita en nombre de Jesucristo" (Dei verbum, 10), es decir, a los obispos en comunión con el sucesor de Pedro, el obispo de Roma. (C.I.C 86) "El Magisterio no está por encima de la palabra de Dios, sino a su servicio, para enseñar puramente lo transmitido, pues por mandato divino y con la asistencia del Espíritu Santo, lo escucha devotamente, lo custodia celosamente, lo explica fielmente; y de este único depósito de la fe saca todo lo que propone como revelado por Dios para ser creído" (Dei verbum, 10).

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