(1Pd 4, 18-19) Practiquen el bien
[18] Si el justo apenas se salva, ¿qué pasará con el impío y el pecador? [19] Por lo tanto, aquellos que sufren conforme a la voluntad de Dios, practiquen el bien, poniéndose en las manos de su Creador, que es fiel.
(C.I.C 222) Creer en Dios, el Unico, y amarlo con todo el ser tiene consecuencias inmensas para toda nuestra vida. (C.I.C 223) Es reconocer la grandeza y la majestad de Dios: "Sí, Dios es tan grande que supera nuestra ciencia" (Jb 36,26). Por esto Dios debe ser "el primer servido" (Santa Juana de Arco, Dictum: Procés de condamnation). (C.I.C 224) Es vivir en acción de gracias: Si Dios es el Unico, todo lo que somos y todo lo que poseemos vienen de Él: "¿Qué tienes que no hayas recibido?" (1Co 4,7). "¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho?" (Sal 116,12). (C.I.C 225) Es reconocer la unidad y la verdadera dignidad de todos los hombres: Todos han sido hechos "a imagen y semejanza de Dios" (Gn 1,26). (C.I.C 226) Es usar bien de las cosas creadas: La fe en Dios, el Único, nos lleva a usar de todo lo que no es Él en la medida en que nos acerca a Él, y a separarnos de ello en la medida en que nos aparta de Él (cf. Mt 5,29-30; 16, 24; 19,23-24): “¡Señor mío y Dios mío, quítame todo lo que me aleja de ti! ¡Señor mío y Dios mío, dame todo lo que me acerca a ti! ¡Señor mío y Dios mío, despójame de mi mismo para darme todo a ti« (san Nicolás de Flüe, Bruder-Klausen-Gebet). (C.I.C 227) Es confiar en Dios en todas las circunstancias, incluso en la adversidad. Una oración de Santa Teresa de Jesús lo expresa admirablemente: Nada te turbe / Nada te espante Todo se pasa / Dios no se muda, La paciencia todo lo alcanza / Quien a Dios tiene / Nada le falta / Sólo Dios basta (Santa Teresa de Jesús, Poesía, 9).
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