miércoles, 14 de agosto de 2019
Comentario CIC al YouCat. Pregunta n. 526.
(Respuesta YouCat – repeticion) Con «el
mal» no se habla en el Padrenuestro de una fuerza espiritual o energía
negativa, sino del mal en persona que la Sagrada Escritura conoce bajo el
nombre de tentador, padre de la mentira, Satanás o diablo.
Reflecciones y puntos a profundizar (Comentario CIC) (C.I.C 2851) En esta petición, el mal no
es una abstracción, sino que designa una persona, Satanás, el Maligno, el ángel
que se opone a Dios. El "diablo" (diá-bolos)
es aquél que "se atraviesa" en el designio de Dios y su “obra de
salvación” cumplida en Cristo.
Para meditar
(Comentario
YouCat) Nadie negará que el mal en el mundo tiene un poder devastador, que
estamos rodeados de insinuaciones diabólicas, que en la historia a menudo se
desarrollan procesos demoníacos. Sólo La Sagrada Escritura Llama a las cosas
por su nombre: «Porque nuestra lucha no es contra hombres de carne y hueso sino
contra los principados, contra las potestades, contra los dominadores de este
mundo de tinieblas» (Ef 6,12). La petición del Padrenuestro de ser librados deL
mal pone ante Dios toda La miseria de este mundo y suplica que Dios, el
Todopoderoso, nos libere de todos los males, como se expresa también en el
embolismo.
(Comentario CIC) (C.I.C
2852) "Homicida […] desde el principio […] mentiroso […] y padre de la
mentira" (Jn 8, 44), "Satanás, el seductor del mundo entero" (Ap
12, 9), es aquél por medio del cual el pecado y la muerte entraron en el mundo
y, por cuya definitiva derrota, toda la creación entera será "liberada del
pecado y de la muerte" (Plegaria
Eucarística IV, 123: Misal Romano).
"Sabemos que todo el que ha nacido de Dios no peca, sino que el Engendrado
de Dios le guarda y el Maligno no llega a tocarle. Sabemos que somos de Dios y
que el mundo entero yace en poder del Maligno" (1Jn 5, 18-19): “El Señor
que ha borrado vuestro pecado y perdonado vuestras faltas también os protege y
os guarda contra las astucias del diablo que os combate para que el enemigo,
que tiene la costumbre de engendrar la falta, no os sorprenda. Quien confía en
Dios, no tema al demonio. "Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra
nosotros?" (Rm 8, 31) (San Ambrosio, De
sacramentis, 5, 30: PL 16, 454).
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