lunes, 1 de octubre de 2018
Comentario CIC al YouCat Pregunta n. 359.
(Respuesta YouCat – repeticion) Decir a
alguien el propio nombre es una muestra de confianza. Al decirnos su nombre,
Dios se da a conocer y nos concede, mediante este nombre, el acceso a él. Dios
es totalmente verdad. Quien invoca a la verdad por su nombre, pero la emplea
para testificar una mentira, comete un pecado grave.
Reflecciones y puntos a profundizar (Comentario CIC) (C.I.C 2146) El segundo mandamiento
prohíbe abusar del nombre de Dios, es
decir, todo uso inconveniente del nombre de Dios, de Jesucristo, de la Virgen
María y de todos los santos. (C.I.C 2147) Las promesas hechas a otro en nombre de Dios comprometen el honor, la
fidelidad, la veracidad y la autoridad divinas. Deben ser respetadas en
justicia. Ser infiel a ellas es abusar del nombre de Dios y, en cierta manera,
hacer de Dios un mentiroso (Cf. 1Jn 1, 10).
Para meditar
(Comentario YouCat) No se debe pronunciar el
nombre de Dios de forma irreverente. Pues lo conocemos únicamente porque él nos
lo ha confiado. El nombre es La llave de acceso al corazón del Todopoderoso.
Por eso es una falta grave blasfemar, maldecir usando el nombre de Dios y hacer
falsas promesas invocando su nombre. El segundo mandamiento es por tanto una
defensa de todo lo «santo». Lugares, objetos, nombres y personas que han sido
tocados por Dios son «santos». La sensibilidad por Lo santo se denomina
reverencia.
(Comentario CIC) (C.I.C 2148) La blasfemia se opone directamente al segundo mandamiento. Consiste en
proferir contra Dios -interior o exteriormente - palabras de odio, de reproche,
de desafío; en injuriar a Dios, faltarle al respeto en las expresiones, en
abusar del nombre de Dios. Santiago reprueba a ‘los que blasfeman el hermoso
Nombre (de Jesús) que ha sido invocado sobre ellos’ (St 2, 7). La prohibición
de la blasfemia se extiende a las palabras contra la Iglesia de Cristo, los
santos y las cosas sagradas. Es también blasfemo recurrir al nombre de Dios
para justificar prácticas criminales, reducir pueblos a servidumbre, torturar o
dar muerte. El abuso del nombre de Dios para cometer un crimen provoca el
rechazo de la religión. La blasfemia es contraria al respeto debido a Dios y a
su santo nombre. Es de suyo un pecado grave (Cf. CIC canon 1396).
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