sábado, 23 de junio de 2012
Gn 23,4 Yo no soy más que un extranjero
4 «Aunque yo no soy más que un extranjero residente entre
ustedes, cédanme en propiedad alguno de sus sepulcros, para que pueda retirar
el cadáver de mi esposa y darle sepultura»
(C.I.C 145) La carta a los
Hebreos, en el gran elogio de la fe de los antepasados insiste particularmente
en la fe de Abraham: "Por la fe, Abraham obedeció y salió para el lugar
que había de recibir en herencia, y salió sin saber a dónde iba" (Hb 11,8;
cf. Gn 12,1-4). Por la fe, vivió como extranjero y peregrino en la Tierra
prometida (cf. Gn 23,4). Por la fe, a Sara se otorgó el concebir al hijo de la
promesa. Por la fe, finalmente, Abraham ofreció a su hijo único en sacrificio
(cf. Hb 11,17). (C.I.C 146) Abraham realiza
así la definición de la fe dada por la carta a los Hebreos: "La fe es
garantía de lo que se espera; la prueba de las realidades que no se ven"
(Hb 11,1). "Creyó Abraham en Dios y le fue reputado como justicia"
(Rom 4,3; cf. Gn 15,6). Y por eso, fortalecido por su fe, Abraham fu echo "padre
de todos los creyentes" (Rom 4,11.18; cf. Gn 15,15).
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