viernes, 4 de febrero de 2011

Hb 3, 5-6 Cristo está en su casa como el Hijo

(Hb 3, 5-6) Cristo está en su casa como el Hijo

[5] Moisés actuaba en toda la casa de Dios como fiel servidor, dando a conocer lo que le habían dicho. [6] Cristo, en cambio, está en su casa como el Hijo, y nosotros somos la gente de su casa, con tal que sigamos esperando con firmeza y entusiasmo.

(C.I.C 454) El nombre de Hijo de Dios significa la relación única y eterna de Jesucristo con Dios su Padre: Él es el Hijo único del Padre (cf. Jn 1, 14. 18; 3, 16. 18) y Él mismo es Dios (cf. Jn 1, 1). Para ser cristiano es necesario creer que Jesucristo es el Hijo de Dios (cf. Hch 8, 37; 1Jn 2, 23). (C.I.C 2778) Este poder del Espíritu que nos introduce en la Oración del Señor se expresa en las liturgias de Oriente y de Occidente con la bella palabra, típicamente cristiana: parrhesia, simplicidad sin desviación, conciencia filial, seguridad alegre, audacia humilde, certeza de ser amado (Ef 3, 12; Hb 3, 6; 4, 16; 10, 19; 1Jn 2, 28; 3, 21; 5, 14). (C.I.C 2828) "Danos": es hermosa la confianza de los hijos que esperan todo de su Padre. "Hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos" (Mt 5, 45) y da a todos los vivientes "a su tiempo su alimento" (Sal 104, 27). Jesús nos enseña esta petición; con ella se glorifica, en efecto, a nuestro Padre reconociendo hasta qué punto es Bueno más allá de toda bondad. (C.I.C 2829) Además, "danos" es la expresión de la Alianza: nosotros somos de Él y Él de nosotros, para nosotros. Pero este "nosotros" lo reconoce también como Padre de todos los hombres, y nosotros le p

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