sábado, 13 de noviembre de 2010

2Tm 1, 8 Animado con la fortaleza de Dios

(2Tm 1, 8) Animado con la fortaleza de Dios

[8] No te avergüences del testimonio de nuestro Señor, ni tampoco de mí, que soy su prisionero. Al contrario, comparte conmigo los sufrimientos que es necesario padecer por el Evangelio, animado con la fortaleza de Dios.

(C.I.C 2471) Ante Pilato, Cristo proclama que había ‘venido al mundo: para dar testimonio de la verdad’ (Jn 18, 37). El cristiano no debe ‘avergonzarse de dar testimonio del Señor’ (2Tm 1, 8). En las situaciones que exigen dar testimonio de la fe, el cristiano debe profesarla sin ambigüedad, a ejemplo de san Pablo ante sus jueces. Debe guardar una ‘conciencia limpia ante Dios y ante los hombres’ (Hch 24, 16). (C.I.C 98) "La Iglesia con su enseñanza, su vida, su culto, conserva y transmite a todas las generaciones lo que ella es, todo lo que cree" (Dei verbum, 8). (C.I.C 2506) El cristiano no debe ‘avergonzarse de dar testimonio del Señor’ (2Tm 1, 8) en obras y palabras. El martirio es el supremo testimonio de la verdad de la fe. (C.I.C 99) En virtud de su sentido sobrenatural de la fe, todo el Pueblo de Dios no cesa de acoger el don de la Revelación divina, de penetrarla más profundamente y de vivirla de modo más pleno.

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