sábado, 28 de agosto de 2010

1Ts 5, 12-13 Vivan en paz unos con otros

(1Ts 5, 12-13) Vivan en paz unos con otros

[12] Les rogamos, hermanos, que sean considerados con los que trabajan entre ustedes, es decir, con aquellos que los presiden en nombre del Señor y los aconsejan. [13] Estímenlos profundamente, y ámenlos a causa de sus desvelos. Vivan en paz unos con otros.

(C.I.C 1269) Hecho miembro de la Iglesia, el bautizado ya no se pertenece a sí mismo (1Co 6,19), sino al que murió y resucitó por nosotros (cf. 2Co 5,15). Por tanto, está llamado a someterse a los demás (Ef 5,21; 1Co 16,15-16), a servirles (cf. Jn 13,12-15) en la comunión de la Iglesia, y a ser "obediente y dócil" a los pastores de la Iglesia (Hb 13,17) y a considerarlos con respeto y afecto (cf. 1Ts 5,12-13). Del mismo modo que el Bautismo es la fuente de responsabilidades y deberes, el bautizado goza también de derechos en el seno de la Iglesia: recibir los sacramentos, ser alimentado con la palabra de Dios y ser sostenido por los otros auxilios espirituales de la Iglesia (cf. Lumen gentium, 37; CIC cánones 208-223; CCEO canon 675, § 2).

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