jueves, 27 de octubre de 2016
Comentario CIC al YouCat. Pregunta n. 80.
(Respuesta YouCat – repetición) Dios quiso
que Jesucristo tuviera una verdadera madre humana, pero sólo a Dios como Padre,
porque quería establecer un nuevo comienzo, que no se debiera a ninguna fuerza
del mundo, sino únicamente a él.
Reflecciones y puntos a profundizar (Comentario CIC) (C.I.C 487) Lo que la fe católica cree acerca de
María se funda en lo que cree acerca de Cristo, pero lo que enseña sobre María
ilumina a su vez la fe en Cristo. (C.I.C 492) Esta "resplandeciente
santidad del todo singular" de la que ella fue "enriquecida desde el
primer instante de su concepción" (Lumen
gentium, 56), le viene toda entera de Cristo: ella es "redimida de la
manera más sublime en atención a los méritos de su Hijo" (Lumen gentium, 53). El Padre la ha
"bendecido […] con toda clase de bendiciones espirituales, en los cielos,
en Cristo" (Ef 1, 3) más que a ninguna otra persona creada. Él la ha “elegido en él antes de la creación del
mundo para ser santa e inmaculada en su presencia, en el amor” (cf. Ef 1,
4).
Para Meditar
(Comentario YouCat) La virginidad de María no es ninguna idea
mitológica ya superada, sino un dato fundamental para la vida de Jesús. Nació
de una mujer, pero no tenía un padre humano. Jesucristo es un nuevo comienzo en
el mundo, fundado desde lo alto. En el evangelio de san Lucas, María pregunta
al ángel: «¿Cómo será eso, pues no conozco varón?» (= no tengo relaciones con
ningún hombre; Le 1,34); a lo que responde el ángel: «El Espíritu Santo vendrá
sobre ti» (Le 1,35). Aunque la Iglesia, desde sus orígenes, ha sufrido burlas a
causa de su fe en la virginidad de María, siempre ha creído que se trata de una
virginidad real y no meramente simbólica.
(Comentario CIC) (C.I.C 495) Llamada en los Evangelios "la
Madre de Jesús" (Jn 2, 1; 19, 25; cf. Lumen
gentium, 56), María es aclamada bajo el impulso del Espíritu como "la
madre de mi Señor" desde antes del nacimiento de su hijo (cf. Lc 1, 43;
cf. Mt 13, 55). En efecto, aquél que ella concibió como hombre, por obra del
Espíritu Santo, y que se ha hecho verdaderamente su Hijo según la carne, no es
otro que el Hijo eterno del Padre, la segunda persona de la Santísima Trinidad.
La Iglesia confiesa que María es verdaderamente Madre de Dios [Theotokos]
(Cf. Concilio de Éfeso: DS 251).
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario