domingo, 23 de octubre de 2016

Comentario CIC al YouCat. Pregunta n. 79.



YOUCAT Pregunta 79 - Parte III. ¿Tenía Jesús un alma, un espíritu y un cuerpo como nosotros?


(Respuesta YouCat – repetición) Sí. Jesús «trabajó con manos de hombre, pensó con inteligencia de hombre, obró con voluntad de hombre, amó con corazón de hombre» (Concilio Vaticano II, GS 22,2).

Reflecciones y puntos a profundizar (Comentario CIC) (C.I.C 474) Debido a su unión con la Sabiduría divina en la persona del Verbo encarnado, el conocimiento humano de Cristo gozaba en plenitud de la ciencia de los designios eternos que había venido a revelar (cf. Mc 8,31; 9,31; 10, 33-34; 14,18-20. 26-30). Lo que reconoce ignorar en este campo (cf. Mc 13,32), declara en otro lugar no tener misión de revelarlo (cf. Hch 1, 7). (C.I.C 476) Como el Verbo se hizo carne asumiendo una verdadera humanidad, el cuerpo de Cristo era limitado (cf. Concilio de Letrán (año 649): DS 504). Por eso se puede “pintar”  la faz humana de Jesús (Ga 3,1). En el séptimo Concilio Ecuménico (II Concilio de Nicea, (año 787): DS 600-603) la Iglesia reconoció que es legítima su representación en imágenes sagradas. 

Para Meditar

(Comentario YouCat) A la humanidad plena de Jesús pertenece también que tuviera un alma y que se desarrollara espiritualmente. En esta alma estaba radicada su identidad humana y su particular autoconciencia. Jesús conocía su unidad con su Padre celeste en el Espíritu Santo, por quien se dejaba guiar en todas las situaciones de su vida.

(Comentario CIC) (C.I.C 475) De manera paralela, la Iglesia confesó en el sexto Concilio Ecuménico que Cristo posee dos voluntades y dos operaciones naturales, divinas y humanas, no opuestas, sino cooperantes, de forma que el Verbo hecho carne, en su obediencia al Padre, ha querido humanamente lo que Él ha decidido divinamente con el Padre y el Espíritu Santo para nuestra salvación (III Concilio de Constantinopla (año 681): DS 556-559). La voluntad humana de Cristo "sigue a su voluntad divina sin hacerle resistencia ni oposición, sino todo lo contrario estando subordinada a esta voluntad omnipotente" (III Concilio de Constantinopla: DS 556).  

(Sigue la Pregunta: ¿Por qué es virgen María?)

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