sábado, 30 de enero de 2010

Ga 1, 1-2 Pablo Apóstol por Jesucristo y por Dios Padre

Carta a los Gálatas

Gálatas 1

(Ga 1, 1-2) Pablo Apóstol por Jesucristo y por Dios Padre

[1] Pablo, Apóstol –no de parte de hombres ni por la mediación de un hombre, sino por Jesucristo y por Dios Padre que lo resucitó de entre los muertos– [2] y todos los hermanos que están conmigo, saludamos a las Iglesias de Galacia.

(C.I.C 857) La Iglesia es apostólica porque está fundada sobre los apóstoles, y esto en un triple sentido: — Fue y permanece edificada sobre "el fundamento de los apóstoles" (Ef 2, 20; Ap 21, 14), testigos escogidos y enviados en misión por el mismo Cristo (cf. Mt 28, 16-20; Hch 1, 8; 1Co 9, 1; 15, 7-8; Ga 1, l; etc.). — guarda y transmite, con la ayuda del Espíritu Santo que habita en ella, la enseñanza (cf. Hch 2, 42), el buen depósito, las sanas palabras oídas a los apóstoles (cf. 2Tm 1, 13-14). — sigue siendo enseñada, santificada y dirigida por los apóstoles hasta la vuelta de Cristo gracias a aquellos que les suceden en su ministerio pastoral: el colegio de los obispos, "a los que asisten los presbíteros juntamente con el sucesor de Pedro y Sumo Pastor de la Iglesia" (Ad gentes, 5): “Porque no abandonas nunca a tu rebaño, sino que, por medio de los santos pastores, lo proteges y conservas, y quieres que tenga siempre por guía la palabra de aquellos mismos pastores a quienes tu Hijo dio la misión de anunciar el Evangelio” (Prefacio de Apóstoles I: Misal Romano).

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