viernes, 29 de junio de 2018

Comentario CIC al YouCat Pregunta n. 331.

YOUCAT Pregunta n. 331. – Parte I. ¿Por qué existen, no obstante, las desigualdades entre los hombres?     


(Respuesta YouCat) Todos los hombres tienen la misma dignidad, pero no todos encuentran las mismas condiciones de vida. Donde la desigualdad es causada por los hombres, está en contradicción con el Evangelio. Donde los hombres han recibido de Dios diferentes dones y talentos, es Dios quien nos remite unos a otros para que en la caridad uno compense lo que le falta al otro.      

Reflecciones y puntos a profundizar (Comentario CIC) (C.I.C 1946) Las diferencias entre las personas obedecen al plan de Dios que quiere que nos necesitemos los unos a los otros. Esas diferencias deben alentar la caridad.        

Para meditar    

(Comentario YouCat) Existen desigualdades entre los hombres que no tienen su origen en Dios, sino que proceden de condiciones sociales, especialmente del reparto injusto en todo el mundo de materias primas, propiedades y capital. Dios nos obliga a eliminar del mundo todo aquello que está en abierta oposición al Evangelio y menosprecia la dignidad de la persona. Pero hay también desigualdades entre los hombres que sí corresponden a la voluntad de Dios: desigualdad en los talentos, en las condiciones iniciales, en las posibilidades. En ello se esconde una indicación de que ser hombre significa estar disponible para los demás en la caridad, compartir con ellos y hacer posible la vida.        

(Comentario CIC) (C.I.C 1937) “Estas diferencias pertenecen al plan de Dios, que quiere que cada uno reciba de otro aquello que necesita, y que quienes disponen de ‘talentos’ particulares comuniquen sus beneficios a los que los necesiten. Las diferencias alientan y con frecuencia obligan a las personas a la magnanimidad, a la benevolencia y a la comunicación. Incitan a las culturas a enriquecerse unas a otras: “¿Es que acaso distribuyo yo las diversas [virtudes] dándole a uno toda o dándole a este una y al otro otra particular? […] A uno la caridad, a otro la justicia, a éste la humildad, a aquél una fe viva [...] En cuanto a los bienes temporales, las cosas necesarias para la vida humana las he distribuido con la mayor desigualdad, y no he querido que cada uno posea todo lo que le era necesario para que los hombres tengan así ocasión, por necesidad, de practicar la caridad unos con otros [...] He querido que unos necesitasen de otros y que fuesen mis servidores para la distribución de las gracias y de las liberalidades que han recibido de mí. (Santa Catalina de Siena, Il dialogo della Divina provvidenza, 7).     

(Continua la Pregunta: ¿Por qué existen, no obstante, las desigualdades entre los hombres?

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