viernes, 1 de junio de 2018
Comentario CIC al YouCat Pregunta n. 316.
(Respuesta YouCat – repeticion) El pecado
grave destruye en el corazón del hombre la fuerza divina del amor, sin la que
no puede existir la felicidad eterna. Por ello se llama pecado mortal. El
pecado grave aparta de Dios, mientras que los pecados veniales sólo enturbian
la relación con él.
Reflecciones y puntos a profundizar (Comentario CIC) (C.I.C 1860) La ignorancia involuntaria puede disminuir, y aún excusar, la
imputabilidad de una falta grave, pero se supone que nadie ignora los
principios de la ley moral que están inscritos en la conciencia de todo hombre.
Los impulsos de la sensibilidad, las pasiones pueden igualmente reducir el
carácter voluntario y libre de la falta, lo mismo que las presiones exteriores
o los trastornos patológicos. El pecado más grave es el que se comete por
malicia, por elección deliberada del mal.
Para meditar
(Comentario YouCat) Un pecado
mortal corta la relación de un hombre con Dios. Tal pecado tiene como condición
previa que se refiera a una materia grave y que sea cometido con pleno
conocimiento y consentimiento deliberado. Son pecados veniales los referidos a
materias leves, o los pecados que se dan sin pleno conocimiento de su
trascendencia o sin consentimiento deliberado. Estos últimos pecados afectan a
la relación con Dios, pero no rompen con él.
(Comentario CIC) (C.I.C 1861) El pecado mortal es una posibilidad
radical de la libertad humana como lo es también el amor. Entraña la pérdida de
la caridad y la privación de la gracia santificante, es decir, del estado de
gracia. Si no es rescatado por el arrepentimiento y el perdón de Dios, causa la
exclusión del Reino de Cristo y la muerte eterna del infierno; de modo que
nuestra libertad tiene poder de hacer elecciones para siempre, sin retorno. Sin
embargo, aunque podamos juzgar que un acto es en sí una falta grave, el juicio
sobre las personas debemos confiarlo a la justicia y a la misericordia de Dios.
(C.I.C 1874) Elegir deliberadamente, es decir,
sabiéndolo y queriéndolo, una cosa gravemente contraria a la ley divina y al
fin último del hombre, es cometer un pecado mortal. Este destruye en nosotros
la caridad sin la cual la bienaventuranza eterna es imposible. Sin
arrepentimiento, tal pecado conduce a la muerte eterna.
(Siguiente Pregunta: ¿Cómo se libera uno de un pecado grave y se une de
nuevo a Dios?)
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