viernes, 10 de febrero de 2017
Comentario CIC al YouCat Pregunta n. 121.
(Respuesta YouCat) Iglesia viene del griego
ekklesia = los convocados. Todos nosotros, quienes hemos sido bautizados y
creemos en Dios, somos convocados por el Señor. Y juntos somos la Iglesia. Como
dice san Pablo, Cristo es la Cabeza de la Iglesia. Nosotros somos su Cuerpo.
Reflecciones
y puntos a profundizar (Comentario CIC) (C.I.C
748) "Cristo es la luz de los pueblos. Por eso, este sacrosanto Sínodo,
reunido en el Espíritu Santo, desea vehementemente iluminar a todos los hombres
con la luz de Cristo, que resplandece sobre el rostro de la Iglesia (Lumen Gentium, 1), anunciando el
Evangelio a todas las criaturas". Con estas palabras comienza la
"Constitución dogmática sobre la Iglesia" del Concilio Vaticano II.
Así, el Concilio muestra que el artículo de la fe sobre la Iglesia depende
enteramente de los artículos que se refieren a Cristo Jesús. La Iglesia no
tiene otra luz que la de Cristo; ella es, según una imagen predilecta de los
Padres de la Iglesia, comparable a la luna cuya luz es reflejo del sol.
Para
meditar
(Comentario
YouCat) Cuando recibimos los sacramentos y
escuchamos la Palabra de Dios, Cristo está en nosotros y nosotros estamos en
él: esto es La Iglesia. La estrecha comunión de vida de todos los bautizados
con Cristo es descrita en la Sagrada Escritura con una gran riqueza de
imágenes. A veces se habla del Pueblo de Dios, otras de la esposa de Cristo;
unas veces se llama madre a la Iglesia, otras, la familia de Dios o se la
compara con Los invitados a una boda. Nunca es la Iglesia una mera institución,
nunca sólo la «Iglesia oficial», que uno podría rechazar. Nos irritarán las
faltas y los defectos que se dan en La Iglesia, pero no nos podemos distanciar
nunca de ella, porque Dios ha optado por ella de forma irrevocable y no se
aleja de ella a pesar de todos sus pecados. La Iglesia es la presencia de Dios
entre nosotros los hombres. Por eso debemos amarla.
(Comentario
CIC) (C.I.C 749) El artículo sobre la Iglesia depende
enteramente también del que le precede, sobre el Espíritu Santo. "En
efecto, después de haber mostrado que el Espíritu Santo es la fuente y el dador
de toda santidad, confesamos ahora que es Él quien ha dotado de santidad a la Iglesia"
(Catecismo Romano. 1, 10, 1). La
Iglesia, según la expresión de los Padres, es el lugar "donde florece el
Espíritu" (San Hipólito Romano, Traditio
apostolica, 35).
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