(Hb 12, 17-21) Recuerden su iniciación
[17] Ustedes saben que después, cuando quiso obtener la bendición, fue rechazado y no pudo cambiar la decisión, aunque lo pidió con lágrimas. [18] Recuerden su iniciación. No hubo aquel fuego físico que ardía junto a la nube oscura y la tempestad, [19] con el sonido de trompetas y una voz tan potente que los hijos de Israel suplicaron que no se les hablara más. [20] De este modo acataron aquella orden de no acercarse: Quien toque el monte, aunque sea un animal, deberá ser apedreado. [21] Lo que se veía era tan terrible que Moisés dijo: Estoy temblando de miedo.
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