(2Tm 4, 9-17) El Señor estuvo a mi lado dándome fuerzas
[9] Ven a verme lo más pronto posible, [10] porque Demas me ha abandonado por amor a este mundo. Él se fue a Tesalónica, Crescente emprendió viaje a Galacia, y Tito, a Dalmacia. [11] Solamente Lucas se ha quedado conmigo. Trae contigo a Marcos, porque me prestará buenos servicios. [12] A Tíquico lo envié a Éfeso. [13] Cuando vengas, tráeme la capa que dejé en Tróade, en la casa de Carpo, y también los libros, sobre todo, los rollos de pergamino. [14] Alejandro, el herrero, me ha hecho mucho daño: el Señor le pagará conforme a sus obras. [15] Ten cuidado de él, porque se ha opuesto encarnizadamente a nuestra enseñanza. [16] Cuando hice mi primera defensa, nadie me acompañó, sino que todos me abandonaron. ¡Ojalá que no les sea tenido en cuenta! [17] Pero el Señor estuvo a mi lado, dándome fuerzas, para que el mensaje fuera proclamado por mi intermedio y llegara a oídos de todos los paganos. Así fui librado de la boca del león.
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