1Timoteo 4
(1Tm 4, 1-2) En los últimos tiempos habrá gente mentirosa
[1] El Espíritu afirma claramente que en los últimos tiempos habrá algunos que renegarán de su fe, para entregarse a espíritus seductores y doctrinas demoníacas, [2] seducidos por gente mentirosa e hipócrita, cuya conciencia está marcada a fuego.
(C.I.C 672) Cristo afirmó antes de su Ascensión que aún no era la hora del establecimiento glorioso del Reino mesiánico esperado por Israel (cf. Hch 1, 6-7) que, según los profetas (cf. Is 11, 1-9), debía traer a todos los hombres el orden definitivo de la justicia, del amor y de la paz. El tiempo presente, según el Señor, es el tiempo del Espíritu y del testimonio (cf. Hch 1, 8), pero es también un tiempo marcado todavía por la "tribulación" (1Co 7, 26) y la prueba del mal (cf. Ef 5, 16) que afecta también a la Iglesia(cf. 1P 4, 17) e inaugura los combates de los últimos días (1Jn 2, 18; 4, 3; 1Tm 4, 1). Es un tiempo de espera y de vigilia (cf. Mt 25, 1-13; Mc 13, 33-37). (C.I.C 673) Desde la Ascensión, el advenimiento de Cristo en la gloria es inminente (cf. Ap 22, 20) aun cuando a nosotros no nos "toca conocer el tiempo y el momento que ha fijado el Padre con su autoridad" (Hch 1, 7; cf. Mc 13, 32). Este acontecimiento escatológico se puede cumplir en cualquier momento (cf. Mt 24, 44: 1Ts 5, 2), aunque tal hecho y la prueba final que le ha de preceder estén "retenidos" en las manos de Dios (cf. 2Ts 2, 3-12).
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