(Flp 2, 11) Toda lengua proclame: Jesucristo es el Señor
[11] y toda lengua proclame para gloria de Dios Padre: «Jesucristo es el Señor».
El comentario sobre el “Catecismo Juvenil” (Youcat) es completo y se finalizan todos los comentarios anteriores sobre los textos fundamentales de la fe cristiana publicados en todos los años anteriores, a partir del año 2006. Todos los post y "Comentarios" de este blog pueden siempre ser visitatod y descargados con libertad.
[11] y toda lengua proclame para gloria de Dios Padre: «Jesucristo es el Señor».
[10] para que al nombre de Jesús, se doble toda rodilla en el cielo, en la tierra y en los abismos,
[9] Por eso, Dios lo exaltó y le dio el Nombre que está sobre todo nombre,
(C.I.C 2666) Pero el Nombre que todo lo contiene es aquel que el Hijo de Dios recibe en su encarnación: JESÚS. El nombre divino es inefable para los labios humanos (cf. Ex 3, 14; 33, 19-23), pero el Verbo de Dios, al asumir nuestra humanidad, nos lo entrega y nosotros podemos invocarlo: "Jesús", "YHVH salva" (cf. Mt 1, 21). El Nombre de Jesús contiene todo: Dios y el hombre y toda la Economía de la creación y de la salvación. Decir "Jesús" es invocarlo desde nuestro propio corazón. Su Nombre es el único que contiene la presencia que significa. Jesús es el resucitado, y cualquiera que invoque su Nombre acoge al Hijo de Dios que le amó y se entregó por él (cf. Rm 10, 13; Hch 2, 21; 3, 15-16; Ga 2, 20). (C.I.C 2667) Esta invocación de fe bien sencilla ha sido desarrolla da en la tradición de la oración bajo formas diversas en Oriente y en Occidente. La formulación más habitual, transmitida por los espirituales del Sinaí, de Siria y del Monte Athos es la invocación: "Señor Jesúcristo, Hijo de Dios, ten piedad de nosotros, pecadores" Conjuga el himno cristológico de Flp 2, 6-11 con la petición del publicano y del mendigo ciego (cf. Lc 18,13; Mc 10, 46-52). Mediante ella, el corazón está acorde con la miseria de los hombres y con la misericordia de su Salvador.
[7b] Y presentándose con aspecto humano, [8] se humilló hasta aceptar por obediencia la muerte y muerte de cruz.
[6] Él, que era de condición divina, no consideró esta igualdad con Dios como algo que debía guardar celosamente: [7a] al contrario, se anonadó a sí mismo, tomando la condición de servidor y haciéndose semejante a los hombres.
[5] Tengan entre ustedes los mismos sentimientos de Cristo Jesús.
[1] Si la exhortación en nombre de Cristo tiene algún valor, si algo vale el consuelo que brota del amor o la comunión en el Espíritu, o la ternura y la compasión, [2] les ruego que hagan perfecta mi alegría, permaneciendo bien unidos. Tengan un mismo amor, un mismo corazón, un mismo pensamiento. [3] No hagan nada por rivalidad o vanagloria, y que la humildad los lleve a estimar a los otros como superiores a ustedes mismos. [4] Que cada uno busque no solamente su propio interés, sino también el de los demás. La humillación y la glorificación de Cristo
[28b] Este es un signo cierto de que ellos van a la ruina, y ustedes a la salvación. Esto procede de Dios, [29] que les ha concedido a ustedes la gracia, no solamente de creer en Cristo, sino también de sufrir por él, [30] sosteniendo la misma lucha en la que ustedes me han visto empeñado y ahora saben que sigo sosteniendo.
[27] Solamente les pido que se comporten como dignos seguidores del Evangelio de Cristo. De esa manera, sea que yo vaya a verlos o que oiga hablar de ustedes estando ausente, sabré que perseveran en un mismo espíritu, luchando de común acuerdo y con un solo corazón por la fe del Evangelio, [28a] y sin dejarse intimidar para nada por los adversarios.
[23] Me siento urgido de ambas partes: deseo irme para estar con Cristo, porque es mucho mejor, [24] pero por el bien de ustedes es preferible que permanezca en este cuerpo. [25] Tengo la plena convicción de que me quedaré y permaneceré junto a todos ustedes, para que progresen y se alegren en la fe. [26] De este modo, mi regreso y mi presencia entre ustedes les proporcionarán un nuevo motivo de orgullo en Cristo Jesús.
[21] Porque para mí la vida es Cristo, y la muerte, una ganancia. [22] Pero si la vida en este cuerpo me permite seguir trabajando fructuosamente, ya no sé qué elegir.
(C.I.C 1010) Gracias a Cristo, la muerte cristiana tiene un sentido positivo. "Para mí, la vida es Cristo y morir una ganancia" (Flp 1, 21). "Es cierta esta afirmación: si hemos muerto con él, también viviremos con él" (2Tm 2, 11). La novedad esencial de la muerte cristiana está ahí: por el Bautismo, el cristiano está ya sacramentalmente "muerto con Cristo", para vivir una vida nueva; y si morimos en la gracia de Cristo, la muerte física consuma este "morir con Cristo" y perfecciona así nuestra incorporación a Él en su acto redentor: “Para mí es mejor morir en (eis) Cristo Jesús que reinar de un extremo a otro de la tierra. Lo busco a Él, que ha muerto por nosotros; lo quiero a Él, que ha resucitado por nosotros. Mi parto se aproxima [...] Dejadme recibir la luz pura; cuando yo llegue allí, seré un hombre” (San Ignacio de Antioquía, Epistula ad Romanos 6, 1-2). (C.I.C 1011) En la muerte Dios llama al hombre hacia sí. Por eso, el cristiano puede experimentar hacia la muerte un deseo semejante al de San Pablo: "Deseo partir y estar con Cristo" (Flp 1, 23); y puede transformar su propia muerte en un acto de obediencia y de amor hacia el Padre, a ejemplo de Cristo (cf. Lc 23, 46): “Mi deseo terreno ha sido crucificado; [...] hay en mí un agua viva que murmura y que dice desde dentro de mí "Ven al Padre" (San Ignacio de Antioquía, Epistula ad Romanos, 7, 2). “Yo quiero ver a Dios y para verlo es necesario morir” (Santa Teresa de Jesús, Poesia 7). “Yo no muero, entro en la vida” (Santa Teresa del Niño Jesús, Lettre, 9 junio 1897).
[18] Pero ¡qué importa! Después de todo, de una u otra manera, con sinceridad o sin ella, Cristo es anunciado, y de esto me alegro y me alegraré siempre. [19] Porque sé que esto servirá para mi salvación, gracias a las oraciones de ustedes y a la ayuda que me da el Espíritu de Jesucristo. [20] Así lo espero ansiosamente, y no seré defraudado. Al contrario, estoy completamente seguro de que ahora, como siempre, sea que viva, sea que muera, Cristo será glorificado en mi cuerpo.
[12] Quiero que ustedes sepan, hermanos, que lo que me ha sucedido más bien ha contribuido al progreso del Evangelio. [13] En efecto, en el pretorio y en todas partes, se ha hecho evidente que es por Cristo que llevo las cadenas, [14] y la mayor parte de los hermanos, a quienes mis cadenas han devuelto el coraje en el Señor, se han animado a proclamar sin temor la Palabra de Dios. [15] Es verdad que algunos predican a Cristo llevados por la envidia y el espíritu de discordia, pero otros lo hacen con buena intención. [16] Estos obran por amor, sabiendo que yo tengo la misión de defender el Evangelio. [17] Aquellos, en cambio, anuncian a Cristo por espíritu de discordia, por motivos que no son puros, creyendo que así aumentan el peso de mis cadenas.
[7] Y es justo que tenga estos sentimientos hacia todos ustedes, porque los llevo en mi corazón, ya que ustedes, sea cuando estoy prisionero, sea cuando trabajo en la defensa y en la confirmación del Evangelio, participan de la gracia que he recibido. [8] Dios es testigo de que los quiero tiernamente a todos en el corazón de Cristo Jesús. [9] Y en mi oración pido que el amor de ustedes crezca cada vez más en el conocimiento y en la plena comprensión, [10] a fin de que puedan discernir lo que es mejor. Así serán encontrados puros e irreprochables en el Día de Cristo, [11] llenos del fruto de justicia que proviene de Jesucristo, para la gloria y alabanza de Dios.
[3] Yo doy gracias a Dios cada vez que los recuerdo. [4] Siempre y en todas mis oraciones pido con alegría por todos ustedes, [5] pensando en la colaboración que prestaron a la difusión del Evangelio, desde el comienzo hasta ahora. [6] Estoy firmemente convencido de que aquel que comenzó en ustedes la buena obra la irá completando hasta el Día de Cristo Jesús.
Comentario del CIC al “YouCat” el “Catesismo para jóvenes”
Anteriormente en éste blog, publicamos algunos comentarios a numerosos textos bíblicos y del Magisterio de la Iglesia, utilizando las autoritarias y luminosas expresiones del “Catecismo de la Iglesia Católica” (CIC). Dichos comentarios son muy valorados y apreciados por el pueblo de Dios en las diferentes partes del mundo. Por tal motivo, además de italiano, las hemos publicado también en inglés y ahora las publicamos en español, dos de las lenguas mas habladas en la Iglesia católica. En estos últimos años las diósesis de lengua alemán también han publicado un “Catecismo para jóvenes”, llamado también “YouCat” (Youth Catechism). Su lenguaje actual y simpatico atrae a los jovenes de espíritu de cualquier edad. Muchos lectores, sin embargo, sienten el deseo y la exigencia de un comentario hecho con el texto del “Catecismo de la Iglesia Católica”. Respondiendo a tales exigencias, publicamos en este blog un “Comentario del CIC al YouCat” en el que seguiremos en modo gradual y con métodos comprobados tales “Comentarios”: en italiano, inglese y español. Completaremos las sintéticas y gratas respuestas de YouCat con las mas amplias, profondas y enriquesedoras proposiciones del “Catesismo de la Iglesia Catolica” (CIC). La Iglesia Católica, con su autoridad oficiale para enseñar es indispensable para confirmar, explicar, profundizar y completar cualquier texto, incluyendo YouCat. En éste nuevo “Comentario del Catecismo de la Iglesia Católica”, el lector encontrará adicionalmente todo lo necesario para profundizar los válidos contenidos de YouCat. Esto permitirá a todos los visitantes y lectores, dos grandes beneficios espirituales: 1) aumentar la solidez de sus convicciones y la actualidad y profundidad de sus conocimientos de fe; 2) poner en acto aquella llamada de Dios: “... glorifiquen en sus corazones a Cristo, el Señor. Estén siempre dispuestos a defenderse delante de cualquiera que les pida razón de la esperanza que ustedes tienen. Pero háganlo con suavidad y respeto, y con tranquilidad de conciencia...” (1Pd 3, 15-16). El Señor les conceda todo esto y deseamos que sea entusiasta y provechosa la lectura y meditación de éste “Comentario del Catecismo de la Iglesia Católica al Catecismo YouCat para jovenes”.
P. Gualberto Gismondi ofmEstimados lectores y visitadores,
Con esto post se completa el comentario sobre el “Catecismo Juvenil” (Youcat) y finalizan todos los comentarios anteriores sobre los textos fundamentales de la fe cristiana publicados en todos los años anteriores, a partir del año 2006. Todos los post y "Comentarios" de este blog pueden siempre ser visitatod y descargados con libertad.
Ellos están en el siguiente orden:
Comentario sobre el "Catecismo de la Iglesia Católica" en el Nuevo Testamento;
Comentario sobre el "Catecismo de la Iglesia Católica" en páginas seleccionadas del Antiguo Testamento;
Comentario sobre el "Catecismo de la Iglesia Católica" en el "Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica";
Comentario sobre el "Catecismo de la Iglesia Católica" en el "Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia", la encíclica "Caritas in Veritate" y los Evangelios ";
Comentario sobre el "Catecismo de la Iglesia Católica" a la Constitución "Gaudium et Spes" del Concilio Vaticano II;
Comentario sobre el "Catecismo de la Iglesia Católica" a la Constitución "Lumen Gentium" del Concilio Vaticano II;
Comentario sobre el "Catecismo de la Iglesia Católica" a la Constitución "Dei Verbum" del Concilio Vaticano II.
Comentario sobre el "Catecismo de la Iglesia Católica" a "Spanish Youcat" (Catecismo de Jóvenes para aprender y vivir la fe de la Iglesia).
Comentario sobre el “Catecismo Juvenil” (Youcat).
Buena lectura.
Gualberto Gismondi ofm.