sábado, 6 de febrero de 2010

Ga 1, 18-19 Santiago el hermano del Señor

(Ga 1, 18-19) Santiago el hermano del Señor

[18] Tres años más tarde, fui desde allí a Jerusalén para visitar a Pedro, y estuve con él quince días. [19] No vi a ningún otro Apóstol, sino solamente a Santiago, el hermano del Señor.

(C.I.C 499) La profundización de la fe en la maternidad virginal ha llevado a la Iglesia a confesar la virginidad real y perpetua de María (II Concilio de Constantinopla: DS 427) incluso en el parto del Hijo de Dios hecho hombre (cf. San León Magno, Tomus ad Flavianum: DS 291; 294; Pelagius I, Epistula Humani generis: DS 442; Concilio del Letrán: DS 503; Concilio de Toledo: DS 571; Pablo VI, Cum quorumdam hominum: DS 1880). En efecto, el Nacimiento de Cristo "lejos de disminuir consagró la integridad virginal" de su madre (Lumen gentium, 57). La liturgia de la Iglesia celebra a María como la Aeiparthénon, la "siempre-virgen" (cf. Lumen gentium, 52). (C.I.C 500) A esto se objeta a veces que la Escritura menciona unos hermanos y hermanas de Jesús (cf. Mc 3, 31-55; 6, 3; 1Co 9, 5; Ga 1, 19). La Iglesia siempre ha entendido estos pasajes como no referidos a otros hijos de la Virgen María; en efecto, Santiago y José "hermanos de Jesús" (Mt 13, 55) son los hijos de una María discípula de Cristo (cf. Mt 27, 56) que se designa de manera significativa como "la otra María" (Mt 28, 1). Se trata de parientes próximos de Jesús, según una expresión conocida del Antiguo Testamento (cf. Gn 13, 8; 14, 16;29, 15; etc.).

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