2Corintios 4
(2Co 4, 1-4) El Evangelio de la gloria de Cristo
[1] Por eso, investidos misericordiosamente del ministerio apostólico, no nos desanimamos [2] y nunca hemos callado nada por vergüenza, ni hemos procedido con astucia o falsificando la Palabra de Dios. Por el contrario, manifestando abiertamente la verdad, nos recomendamos a nosotros mismos, delante de Dios, frente a toda conciencia humana. [3] Si nuestro Evangelio todavía resulta impenetrable, lo es sólo para aquellos que se pierden, [4] para los incrédulos, a quienes el dios de este mundo les ha enceguecido el entendimiento, a fin de que no vean resplandecer el Evangelio de la gloria de Cristo, que es la imagen de Dios.
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