lunes, 21 de diciembre de 2009

2Co 4, 1-4 El Evangelio de la gloria de Cristo

2Corintios 4

(2Co 4, 1-4) El Evangelio de la gloria de Cristo

[1] Por eso, investidos misericordiosamente del ministerio apostólico, no nos desanimamos [2] y nunca hemos callado nada por vergüenza, ni hemos procedido con astucia o falsificando la Palabra de Dios. Por el contrario, manifestando abiertamente la verdad, nos recomendamos a nosotros mismos, delante de Dios, frente a toda conciencia humana. [3] Si nuestro Evangelio todavía resulta impenetrable, lo es sólo para aquellos que se pierden, [4] para los incrédulos, a quienes el dios de este mundo les ha enceguecido el entendimiento, a fin de que no vean resplandecer el Evangelio de la gloria de Cristo, que es la imagen de Dios.

(C.I.C 1701) “Cristo, […] en la misma revelación del misterio del Padre y de su amor, manifiesta plenamente el hombre al propio hombre y le descubre la grandeza de su vocación” (Gaudium et spes, 22). En Cristo, “imagen del Dios invisible” (Col 1,15; Cf. 2Co 4, 4), el hombre ha sido creado “a imagen y semejanza” del Creador. En Cristo, redentor y salvador, la imagen divina alterada en el hombre por el primer pecado ha sido restaurada en su belleza original y ennoblecida con la gracia de Dios (Gaudium et spes, 22).

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