(2Co 5, 19) Confiándonos la palabra de la reconciliación
[19] Porque es Dios el que estaba en Cristo, reconciliando al mundo consigo, no teniendo en cuenta los pecados de los hombres, y confiándonos la palabra de la reconciliación.
El comentario sobre el “Catecismo Juvenil” (Youcat) es completo y se finalizan todos los comentarios anteriores sobre los textos fundamentales de la fe cristiana publicados en todos los años anteriores, a partir del año 2006. Todos los post y "Comentarios" de este blog pueden siempre ser visitatod y descargados con libertad.
[19] Porque es Dios el que estaba en Cristo, reconciliando al mundo consigo, no teniendo en cuenta los pecados de los hombres, y confiándonos la palabra de la reconciliación.
[18] Y todo esto procede de Dios, que nos reconcilió con él por intermedio de Cristo y nos confió el ministerio de la reconciliación.
[17] El que vive en Cristo es una nueva criatura: lo antiguo ha desaparecido, un ser nuevo se ha hecho presente.
[15] Y él murió por todos, a fin de que los que viven no vivan más para sí mismos, sino para aquel que murió y resucitó por ellos. [16] Por eso nosotros, de ahora en adelante, ya no conocemos a nadie con criterios puramente humanos; y si conocimos a Cristo de esa manera, ya no lo conocemos más así.
[12] No pretendemos volver a recomendarnos delante de ustedes: solamente queremos darles un motivo para que se sientan orgullosos de nosotros y puedan responder a los que se glorían de lo exterior y no de lo que hay en el corazón. [13] En efecto, si hemos procedido como insensatos, lo hicimos por Dios; y si somos razonables, es por ustedes. [14] Porque el amor de Cristo nos apremia, al considerar que si uno solo murió por todos, entonces todos han muerto.
[6] Por eso, nos sentimos plenamente seguros, sabiendo que habitar en este cuerpo es vivir en el exilio, lejos del Señor; [7] porque nosotros caminamos en la fe y todavía no vemos claramente. [8] Sí, nos sentimos plenamente seguros, y por eso, preferimos dejar este cuerpo para estar junto al Señor; [9] en definitiva, sea que vivamos en este cuerpo o fuera de él, nuestro único deseo es agradarlo. [10] Porque todos debemos comparecer ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba, de acuerdo con sus obras buenas o malas, lo que mereció durante su vida mortal. [11] Por lo tanto, compenetrados del temor del Señor, tratamos de persuadir a los hombres. Dios ya nos conoce plenamente, y espero que también ustedes nos conozcan de la misma manera.
[1] Nosotros sabemos, en efecto, que si esta tienda de campaña –nuestra morada terrenal– es destruida, tenemos una casa permanente en el cielo, no construida por el hombre, sino por Dios. [2] Por eso, ahora gemimos deseando ardientemente revestirnos de aquella morada celestial; [3] porque una vez que nos hayamos revestido de ella, ya no nos encontraremos desnudos. [4] Mientras estamos en esta tienda de campaña, gemimos angustiosamente, porque no queremos ser desvestidos, sino revestirnos, a fin de que lo que es mortal sea absorbido por la vida. [5] Y aquel que nos destinó para esto es el mismo Dios que nos dio las primicias del Espíritu.
[16] Por eso, no nos desanimamos: aunque nuestro hombre exterior se vaya destruyendo, nuestro hombre interior se va renovando día a día. [17] Nuestra angustia, que es leve y pasajera, nos prepara una gloria eterna, que supera toda medida. [18] Porque no tenemos puesta la mirada en las cosas visibles, sino en las invisibles: lo que se ve es transitorio, lo que no se ve es eterno.
[8] Estamos atribulados por todas partes, pero no abatidos; perplejos, pero no desesperados; [9] perseguidos, pero no abandonados; derribados, pero no aniquilados. [10] Siempre y a todas partes, llevamos en nuestro cuerpo los sufrimientos de la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo. [11] Y así aunque vivimos, estamos siempre enfrentando a la muerte por causa de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal. [12] De esa manera, la muerte hace su obra en nosotros, y en ustedes, la vida. [13] Pero teniendo ese mismo espíritu de fe, del que dice la Escritura: Creí, y por eso hablé, también nosotros creemos, y por lo tanto, hablamos. [14] Y nosotros sabemos que aquel que resucitó al Señor Jesús nos resucitará con él y nos reunirá a su lado junto con ustedes. [15] Todo esto es por ustedes: para que al abundar la gracia, abunde también el número de los que participan en la acción de gracias para gloria de Dios.
[5] Porque no nos predicamos a nosotros mismos, sino a Cristo Jesús, el Señor, y nosotros no somos más que servidores de ustedes por amor de Jesús. [6] Porque el mismo Dios que dijo: «Brille la luz en medio de las tinieblas», es el que hizo brillar su luz en nuestros corazones para que resplandezca el conocimiento de la gloria de Dios, reflejada en el rostro de Cristo. [7] Pero nosotros llevamos ese tesoro en recipientes de barro, para que se vea bien que este poder extraordinario no procede de nosotros, sino de Dios.
(C.I.C 298) Puesto que Dios puede crear de la nada, puede por el Espíritu Santo dar la vida del alma a los pecadores creando en ellos un corazón puro (cf. Sal 51,12), y la vida del cuerpo a los difuntos mediante la Resurrección. Él "da la vida a los muertos y llama a las cosas que no son para que sean" (Rom 4,17). Y puesto que, por su Palabra, pudo hacer resplandecer la luz en las tinieblas (cf. Gn 1,3), puede también dar la luz de la fe a los que lo ignoran (cf. 2Co 4,6). (C.I.C 1420) Por los sacramentos de la iniciación cristiana, el hombre recibe la vida nueva de Cristo. Ahora bien, esta vida la llevamos en "vasos de barro" (2Co 4,7). Actualmente está todavía "escondida con Cristo en Dios" (Col 3,3). Nos hallamos aún en "nuestra morada terrena" (2Co 5,1), sometida al sufrimiento, a la enfermedad y a la muerte. Esta vida nueva de hijo de Dios puede ser debilitada e incluso perdida por el pecado. (C.I.C 2583) Después de haber aprendido la misericordia en su retirada al torrente de Kérit, Elías enseña a la viuda de Sarepta la fe en la palabra de Dios, fe que confirma con su oración insistente: Dios devuelve la vida al hijo de la viuda (cf. 1R 17, 7-24). En el sacrificio sobre el Monte Carmelo, prueba decisiva para la fe del pueblo de Dios, el fuego del Señor es la respuesta a su súplica de que se consume el holocausto […] "a la hora de la ofrenda de la tarde": "¡Respóndeme, Señor, respóndeme!" son las palabras de Elías que las liturgias orientales recogen en la epíclesis eucarística (cf. 1R 18, 20-39). Finalmente, volviendo a andar el camino del desierto hacia el lugar donde el Dios vivo y verdadero se reveló a su pueblo, Elías se recoge como Moisés "en la hendidura de la roca" hasta que "pasa" la presencia misteriosa de Dios (cf. 1R 19, 1-14; Ex 33, 19-23). Pero solamente en el monte de la Transfiguración se dará a conocer Aquél cuyo Rostro buscan (cf. Lc 9, 30-35): el conocimiento de la Gloria de Dios está en el rostro de Cristo crucificado y resucitado (cf. 2Co 4, 6).
[1] Por eso, investidos misericordiosamente del ministerio apostólico, no nos desanimamos [2] y nunca hemos callado nada por vergüenza, ni hemos procedido con astucia o falsificando la Palabra de Dios. Por el contrario, manifestando abiertamente la verdad, nos recomendamos a nosotros mismos, delante de Dios, frente a toda conciencia humana. [3] Si nuestro Evangelio todavía resulta impenetrable, lo es sólo para aquellos que se pierden, [4] para los incrédulos, a quienes el dios de este mundo les ha enceguecido el entendimiento, a fin de que no vean resplandecer el Evangelio de la gloria de Cristo, que es la imagen de Dios.
[18] Nosotros, en cambio, con el rostro descubierto, reflejamos, como en un espejo, la gloria del Señor, y somos transfigurados a su propia imagen con un esplendor cada vez más glorioso, por la acción del Señor, que es Espíritu.
[12] Animados con esta esperanza, nos comportamos con absoluta franqueza, [13] y no como Moisés, que se cubría el rostro con un velo para impedir que los israelitas vieran el fin de un esplendor pasajero. [14] Pero se les oscureció el entendimiento, y ese mismo velo permanece hasta el día de hoy en la lectura del Antiguo Testamento, porque es Cristo el que lo hace desaparecer. [15] Sí, hasta el día de hoy aquel velo les cubre la inteligencia siempre que leen a Moisés. [16] Pero al que se convierte al Señor, se le cae el velo. [17] Porque el Señor es el Espíritu, y donde está el Espíritu del Señor, allí está la libertad.
[5] no porque podamos atribuirnos algo que venga de nosotros mismos, ya que toda nuestra capacidad viene de Dios. [6] Él nos ha capacitado para que seamos los ministros de una Nueva Alianza, que no reside en la letra, sino en el Espíritu; porque la letra mata, pero el Espíritu da vida. [7] Ahora bien, si el ministerio que lleva a la muerte –grabado sobre piedras– fue inaugurado con tanta gloria que los israelitas no podían fijar sus ojos en el rostro de Moisés, por el resplandor –aunque pasajero– de ese rostro, [8] ¡cuánto más glorioso será el ministerio del Espíritu! [9] Y si el ministerio que llevaba a la condenación fue tan glorioso, ¡cuál no será la gloria del ministerio que conduce a la justicia! [10] En realidad, aquello que fue glorioso bajo cierto aspecto ya no lo es más en comparación con esta gloria extraordinaria. [11] Porque si lo que era transitorio se ha manifestado con tanta gloria, ¡cuánto más glorioso será lo que es permanente!
Comentario del CIC al “YouCat” el “Catesismo para jóvenes”
Anteriormente en éste blog, publicamos algunos comentarios a numerosos textos bíblicos y del Magisterio de la Iglesia, utilizando las autoritarias y luminosas expresiones del “Catecismo de la Iglesia Católica” (CIC). Dichos comentarios son muy valorados y apreciados por el pueblo de Dios en las diferentes partes del mundo. Por tal motivo, además de italiano, las hemos publicado también en inglés y ahora las publicamos en español, dos de las lenguas mas habladas en la Iglesia católica. En estos últimos años las diósesis de lengua alemán también han publicado un “Catecismo para jóvenes”, llamado también “YouCat” (Youth Catechism). Su lenguaje actual y simpatico atrae a los jovenes de espíritu de cualquier edad. Muchos lectores, sin embargo, sienten el deseo y la exigencia de un comentario hecho con el texto del “Catecismo de la Iglesia Católica”. Respondiendo a tales exigencias, publicamos en este blog un “Comentario del CIC al YouCat” en el que seguiremos en modo gradual y con métodos comprobados tales “Comentarios”: en italiano, inglese y español. Completaremos las sintéticas y gratas respuestas de YouCat con las mas amplias, profondas y enriquesedoras proposiciones del “Catesismo de la Iglesia Catolica” (CIC). La Iglesia Católica, con su autoridad oficiale para enseñar es indispensable para confirmar, explicar, profundizar y completar cualquier texto, incluyendo YouCat. En éste nuevo “Comentario del Catecismo de la Iglesia Católica”, el lector encontrará adicionalmente todo lo necesario para profundizar los válidos contenidos de YouCat. Esto permitirá a todos los visitantes y lectores, dos grandes beneficios espirituales: 1) aumentar la solidez de sus convicciones y la actualidad y profundidad de sus conocimientos de fe; 2) poner en acto aquella llamada de Dios: “... glorifiquen en sus corazones a Cristo, el Señor. Estén siempre dispuestos a defenderse delante de cualquiera que les pida razón de la esperanza que ustedes tienen. Pero háganlo con suavidad y respeto, y con tranquilidad de conciencia...” (1Pd 3, 15-16). El Señor les conceda todo esto y deseamos que sea entusiasta y provechosa la lectura y meditación de éste “Comentario del Catecismo de la Iglesia Católica al Catecismo YouCat para jovenes”.
P. Gualberto Gismondi ofmEstimados lectores y visitadores,
Con esto post se completa el comentario sobre el “Catecismo Juvenil” (Youcat) y finalizan todos los comentarios anteriores sobre los textos fundamentales de la fe cristiana publicados en todos los años anteriores, a partir del año 2006. Todos los post y "Comentarios" de este blog pueden siempre ser visitatod y descargados con libertad.
Ellos están en el siguiente orden:
Comentario sobre el "Catecismo de la Iglesia Católica" en el Nuevo Testamento;
Comentario sobre el "Catecismo de la Iglesia Católica" en páginas seleccionadas del Antiguo Testamento;
Comentario sobre el "Catecismo de la Iglesia Católica" en el "Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica";
Comentario sobre el "Catecismo de la Iglesia Católica" en el "Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia", la encíclica "Caritas in Veritate" y los Evangelios ";
Comentario sobre el "Catecismo de la Iglesia Católica" a la Constitución "Gaudium et Spes" del Concilio Vaticano II;
Comentario sobre el "Catecismo de la Iglesia Católica" a la Constitución "Lumen Gentium" del Concilio Vaticano II;
Comentario sobre el "Catecismo de la Iglesia Católica" a la Constitución "Dei Verbum" del Concilio Vaticano II.
Comentario sobre el "Catecismo de la Iglesia Católica" a "Spanish Youcat" (Catecismo de Jóvenes para aprender y vivir la fe de la Iglesia).
Comentario sobre el “Catecismo Juvenil” (Youcat).
Buena lectura.
Gualberto Gismondi ofm.