lunes, 18 de julio de 2011

St 5, 15 La oración que nace de la fe salvará al enfermo

(St 5, 15) La oración que nace de la fe salvará al enfermo

[15] La oración que nace de la fe salvará al enfermo, el Señor lo aliviará, y si tuviera pecados, le serán perdonados.

(C.I.C 1516) Solo los sacerdotes (obispos y presbíteros) son ministros de la unción de los enfermos (cf. Concilio de Trento: DS 1697; 1719; CIC canon 1003; CCEO canon 739, 1). Es deber de los pastores instruir a los fieles sobre los beneficios de este sacramento. Los fieles deben animar a los enfermos a llamar al sacerdote para recibir este sacramento. Y que los enfermos se preparen para recibirlo en buenas disposiciones, con la ayuda de su pastor y de toda la comunidad eclesial a la cual se invita a acompañar muy especialmente a los enfermos con sus oraciones y sus atenciones fraternas. (C.I.C 1517) Como en todos los sacramentos, la unción de los enfermos se celebra de forma litúrgica y comunitaria (cf. Sacrosanctum Concilium, 27), que tiene lugar en familia, en el hospital o en la iglesia, para un solo enfermo o para un grupo de enfermos. Es muy conveniente que se celebre dentro de la Eucaristía, memorial de la Pascua del Señor. Si las circunstancias lo permiten, la celebración del sacramento puede ir precedida del sacramento de la Penitencia y seguida del sacramento de la Eucaristía. En cuanto sacramento de la Pascua de Cristo, la Eucaristía debería ser siempre el último sacramento de la peregrinación terrenal, el "viático" para el "paso" a la vida eterna. (C.I.C 1518) Palabra y sacramento forman un todo inseparable. La Liturgia de la Palabra, precedida de un acto de penitencia, abre la celebración. Las palabras de Cristo y el testimonio de los apóstoles suscitan la fe del enfermo y de la comunidad para pedir al Señor la fuerza de su Espíritu. (C.I.C 1519) La celebración del sacramento comprende principalmente estos elementos: "los presbíteros de la Iglesia" (St 5,14) imponen - en silenzio - las manos a los enfermos; oran por los enfermos en la fe de la Iglesia (cf .St 5,15); es la epíclesis propia de este sacramento; luego ungen al enfermo con óleo bendecido, si es posible, por el obispo. Estas acciones litúrgicas indican la gracia que este sacramento confiere a los enfermos.

No hay comentarios: