sábado, 24 de julio de 2010

Col 3, 14 Revístanse del amor el vínculo de la perfección

(Col 3, 14) Revístanse del amor el vínculo de la perfección

[14] Sobre todo, revístanse del amor, que es el vínculo de la perfección.

(C.I.C 1844) Por la caridad amamos a Dios sobre todas las cosas y a nuestro prójimo como a nosotros mismos por amor de Dios. Es el ‘vínculo de la perfección’ (Col 3, 14) y la forma de todas las virtudes. (C.I.C 815) ¿Cuáles son estos vínculos de la unidad? "Por encima de todo esto revestíos del amor, que es el vínculo de la perfección" (Col 3, 14). Pero la unidad de la Iglesia peregrina está asegurada por vínculos visibles de comunión: - la profesión de una misma fe recibida de los apóstoles; - la celebración común del culto divino, sobre todo de los sacramentos; - la sucesión apostólica por el sacramento del orden, que conserva la concordia fraterna de la familia de Dios (cf. Unitatis redintegratio, 2; Lumen gentium, 14; CIC canon 205). (C.I.C 1827) El ejercicio de todas las virtudes está animado e inspirado por la caridad. Esta es ‘el vínculo de la perfección’ (Col 3, 14); es la forma de las virtudes; las articula y las ordena entre sí; es fuente y término de su práctica cristiana. La caridad asegura y purifica nuestra facultad humana de amar. La eleva a la perfección sobrenatural del amor divino. (C.I.C 2633) Cuando se participa así en el amor salvador de Dios, se comprende que toda necesidad pueda convertirse en objeto de petición. Cristo, que ha asumido todo para rescatar todo, es glorificado por las peticiones que ofrecemos al Padre en su Nombre (cf. Jn 14, 13). Con esta seguridad, Santiago (cf. St 1, 5-8) y Pablo nos exhortan a orar en toda ocasión (cf. Ef 5, 20; Flp 4, 6-7; Col 3, 16-17; 1Ts 5, 17-18).

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