1Juan 5
(1Jn 5, 1-3) Sus mandamientos no son una carga
[1] El que cree que Jesús es el Cristoha nacido de Dios; y el que ama al Padre ama también al que ha nacido de él. [2] La señal de que amamos a los hijos de Dios es que amamos a Dios y cumplimos sus mandamientos. [3] El amor a Dios consiste en cumplir sus mandamientos, y sus mandamientos no son una carga,
(C.I.C 2780) Podemos invocar a Dios como "Padre" porque Él nos ha sido revelado por su Hijo hecho hombre y su Espíritu nos lo hace conocer. Lo que el hombre no puede concebir ni los poderes angélicos entrever, es decir, la relación personal del Hijo hacia el Padre (cf. Jn1, 1), he aquí que el Espíritu del Hijo nos hace participar de esta relación a quienes creemos que Jesús es el Cristo y que hemos nacido de Dios (cf. 1Jn 5, 1). (C.I.C 2790) Gramaticalmente, "nuestro" califica una realidad común a varios. No hay más que un solo Dios y es reconocido Padre por aquellos que, por la fe en su Hijo único, han renacido de El por el agua y por el Espíritu (cf. 1Jn 5, 1; Jn 3, 5). La Iglesia es esta nueva comunión de Dios y de los hombres: unida con el Hijo único hecho "el primogénito de una multitud de hermanos" (Rm 8, 29) se encuentra en comunión con un solo y mismo Padre, en un solo y mismo Espíritu (cf. Ef 4, 4-6). Al decir Padre "nuestro", la oración de cada bautizado se hace en esta comunión: "La multitud […] de creyentes no tenía más que un solo corazón y una sola alma" (Hch 4, 32).
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