2Carta de Juan
(2Jn v.1-4) Hijos tuyos que viven en la verdad
[1] Yo, el Presbítero –y no sólo yo, sino también todos los que han conocido la verdad– saludo a la Comunidad elegida y a sus miembros, a los que amo de verdad, [2] a causa de la verdad que permanece en nosotros y que estará con nosotros para siempre. [3] También estarán con nosotros la gracia, la misericordia y la paz de Dios Padre y de su Hijo Jesucristo, en la verdad y en el amor. [4] Me he alegrado muchísimo al encontrar a algunos hijos tuyos que viven en la verdad, según el mandamiento que hemos recibido del Padre.
(C.I.C 851) El motivo de la misión. Del amor de Dios por todos los hombres la Iglesia ha sacado en todo tiempo la obligación y la fuerza de su impulso misionero: "porque el amor de Cristo nos apremia..." (2Co 5, 14; cf. Apostolicam actuositatem, 6; Redemptoris missio, 11). En efecto, "Dios quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento pleno de la verdad" (1Tm 2, 4). Dios quiere la salvación de todos por el conocimiento de la verdad. La salvación se encuentra en la verdad. Los que obedecen a la moción del Espíritu de verdad están ya en el camino de la salvación; pero la Iglesia a quien esta verdad ha sido confiada, debe ir al encuentro de los que la buscan para ofrecérsela. Porque cree en el designio universal de salvación, la Iglesia debe ser misionera.