lunes, 20 de septiembre de 2010

2Ts 3, 7-9 Trabajábamos duramente día y noche

(2Ts 3, 7-9) Trabajábamos duramente día y noche

[7] Porque ustedes ya saben cómo deben seguir nuestro ejemplo. Cuando estábamos entre ustedes, no vivíamos como holgazanes [8] y nadie nos regalaba el pan que comíamos. Al contrario, trabajábamos duramente, día y noche, hasta cansarnos, con tal de no ser una carga para ninguno de ustedes. [9] Aunque teníamos el derecho de proceder de otra manera, queríamos darles un ejemplo para imitar.

(C.I.C 533) La vida oculta de Nazaret permite a todos entrar en comunión con Jesús a través de los caminos más ordinarios de la vida humana: “Nazaret es la escuela donde se empieza a entenderse la vida de Jesús, es la escuela done se inicia el conocimiento de su Evangelio. [...] Su primera lección es el silencio. Como desearíamos que se renovara y fortaleciera en nosotros el amor al silencio, este admirable e inestimable hábito del espíritu, tan necesario para nosotros. Se nos ofrece ademas una lección de vida familiar. Que Nazaret nos enseñe el significado de la familia, su comunión de amor, su austera y sencilla belleza, su carácter sagrado e inviolable [...] Finalmene aquí aprendemos también la lección del trabajo. Nazaret, la casa del "Hijo del Artesano": cómo deseamos comprender más en este lugar la austera pero redentora ley del trabajo humano y exaltarla debidamente. [...] Queremos finalmente saludar desde aquí a todos los trabajadores del mundo y señalarles al gran modelo, al hermano divino (Pablo VI, Homilia en Nazaret (5 enero 1964). (C.I.C 564) Por su sumisión a María y a José, así como por su humilde trabajo durante largos años en Nazaret, Jesús nos da el ejemplo de la santidad en la vida cotidiana de la familia y del trabajo.

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