jueves, 2 de septiembre de 2010

2Ts 1, 1-4 Siempre debemos dar gracias a Dios

2ª Carta a los Tesalonicenses

2Tesalonicenses 1


(2Ts 1, 1-4) Siempre debemos dar gracias a Dios

[1] Pablo, Silvano y Timoteo saludan a la Iglesia de Tesalónica, que está unida a Dios, nuestro Padre y al Señor Jesucristo. [2] Llegue a ustedes la gracia y la paz que proceden de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo. [3] Hermanos, siempre debemos dar gracias a Dios a causa de ustedes, y es justo que lo hagamos, porque la fe de ustedes progresa constantemente y se acrecienta el amor de cada uno hacia los demás. [4] Tanto es así que, ante las Iglesias de Dios, nosotros nos sentimos orgullosos de ustedes, por la constancia y la fe con que soportan las persecuciones y contrariedades.

(C.I.C 224) Es vivir en acción de gracias: Si Dios es el Unico, todo lo que somos y todo lo que poseemos vienen de Él: "¿Qué tienes que no hayas recibido?" (1Co 4,7). "¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho?" (Sal 116,12). (C.I.C 940) "Siendo propio del estado de los laicos vivir en medio del mundo y de los negocios temporales, Dios les llama a que movidos por el espíritu cristiano, ejerzan su apostolado en el mundo a manera de fermento" (Apostolicam actuositatem, 2). (C.I.C 941) Los laicos participan en el sacerdocio de Cristo: cada vez más unidos a Él, despliegan la gracia del Bautismo y la de la Confirmación a través de todas las dimensiones de la vida personal, familiar, social y eclesial y realizan así el llamamiento a la santidad dirigido a todos los bautizados.

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