YOUCAT Pregunta n. 359. – Parte II. - ¿Por qué quiere Dios que su «nombre» sea sagrado para nosotros?
(Respuesta YouCat – repeticion) Decir a
alguien el propio nombre es una muestra de confianza. Al decirnos su nombre,
Dios se da a conocer y nos concede, mediante este nombre, el acceso a él. Dios
es totalmente verdad. Quien invoca a la verdad por su nombre, pero la emplea
para testificar una mentira, comete un pecado grave.
Reflecciones y puntos a profundizar (Comentario CIC) (C.I.C 2144) La deferencia respecto a su
Nombre expresa la que es debida al misterio de Dios mismo y a toda la realidad
sagrada que evoca. El sentido de lo
sagrado pertenece a la virtud de la religión: “Los sentimientos de temor y
de ‘lo sagrado’ ¿son sentimientos cristianos o no? […] Nadie puede dudar
razonablemente de ello. Son los sentimientos que tendríamos, y en un grado
intenso, si tuviésemos la visión del Dios soberano. Son los sentimientos que
tendríamos si verificásemos su presencia. En la medida en que creemos que está
presente, debemos tenerlos. No tenerlos es no verificar, no creer que está
presente”. (Newman, Parochial and Plain Sermons, v. 5, Sermon 2 [Reverence, a Belief in God’s Presence], p. 21-22).
Para meditar
(Comentario YouCat) No se debe pronunciar el
nombre de Dios de forma irreverente. Pues lo conocemos únicamente porque él nos
lo ha confiado. El nombre es La llave de acceso al corazón del Todopoderoso.
Por eso es una falta grave blasfemar, maldecir usando el nombre de Dios y hacer
falsas promesas invocando su nombre. El segundo mandamiento es por tanto una
defensa de todo lo «santo». Lugares, objetos, nombres y personas que han sido tocados
por Dios son «santos». La sensibilidad por Lo santo se denomina reverencia.
(Comentario CIC) (C.I.C 2145) El fiel cristiano debe dar testimonio
del nombre del Señor confesando su fe sin ceder al temor (Cf. Mt 10, 32; 1Tm 6,
12). La predicación y la catequesis deben estar penetradas de adoración y de
respeto hacia el nombre de Nuestro Señor Jesucristo.
(Continua la Pregunta: ¿Por qué quiere Dios que su «nombre» sea sagrado para nosotros?)