YOUCAT Pregunta n. - 197 Parte I. ¿Por qué mantiene la Iglesia la práctica del Bautismo de niños?
(Respuesta YouCat) La Iglesia mantiene desde tiempos
inmemoriales el Bautismo de los niños. Para ello hay una única razón: antes de
que nosotros optemos por Dios, Dios ya ha optado por nosotros. El Bautismo es,
por tanto, una gracia, un regalo inmerecido de Dios, que nos acepta
incondicionalmente. Los padres creyentes que quieren lo mejor para su hijo,
quieren también el Bautismo, en el cual el niño es arrancado del influjo del
pecado original y del poder de la muerte.
Reflecciones y
puntos a profundizar (Comentario
CIC) (C.I.C 1255) Para que la gracia bautismal
pueda desarrollarse es importante la ayuda de los padres. Ese es también el
papel del padrino o de la madrina, que deben ser creyentes
sólidos, capaces y prestos a ayudar al nuevo bautizado, niño o adulto, en su
camino de la vida cristiana (cf. CIC cánones 872-874). Su tarea es una
verdadera función eclesial (officium)
(cf. Sacrosanctum Concilium, 67).
Toda la comunidad eclesial participa de la responsabilidad de desarrollar y
guardar la gracia recibida en el Bautismo.
Para meditar
(Comentario YouCat) El
Bautismo de niños supone que los padres cristianos educan al niño bautizado en
la fe. Es una injusticia privar al niño del Bautismo por una liberalidad mal
entendida. Lo mismo que no se puede privar al niño del amor, para que después
pueda él mismo decidirse por el amor, sería una injusticia si los padres
creyentes privaran a su hijo de la gracia de Dios recibida en el Bautismo. Así
como todo ser humano nace con la capacidad de hablar, pero debe aprender a
hablar, igualmente todo hombre nace con la capacidad de creer, pero debe
aprender a conocer la fe. No obstante, no se puede imponer el Bautismo a nadie.
Si se recibe el Bautismo de niño, hay que «ratificarlo» después personalmente a
lo largo de la vida; es decir, hay que decir «sí» al Bautismo para que éste dé
fruto.
(Comentario CIC) (C.I.C
1275) La iniciación cristiana se realiza mediante el
conjunto de tres sacramentos: el Bautismo, que es el comienzo de la vida nueva;
la Confirmación que es su afianzamiento; y la Eucaristía que alimenta al
discípulo con el Cuerpo y la Sangre de Cristo para ser transformado en El.
(Continua la Pregunta: ¿Por qué mantiene la Iglesia la práctica del Bautismo de niños?)
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