Deut 18, 10-11 Nadie practique adivinación, astrología, magia
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(Deut 18, 10-11) Nadie practique
adivinación, astrología, magia
10 Que no haya entre ustedes nadie que inmole en el
fuego a su hijo o a su hija, ni practique la adivinación, la astrología, la
magia o la hechicería. 11 Tampoco hará ningún encantador, ni consultor de
espectros o de espíritus, ni evocador de muertos.
(C.I.C 2116) Todas las formas
de adivinación deben rechazarse: el
recurso a Satán o a los demonios, la evocación de los muertos, y otras
prácticas que equivocadamente se supone ‘desvelan’ el porvenir (Cf. Dt 18, 10;
Jr 29, 8). La consulta de horóscopos, la astrología, la quiromancia, la
interpretación de presagios y de suertes, los fenómenos de visión, el recurso a
‘mediums’ encierran una voluntad de poder sobre el tiempo, la historia y,
finalmente, los hombres, a la vez que un deseo de granjearse la protección de
poderes ocultos. Están en contradicción con el honor y el respeto, mezclados de
temor amoroso, que debemos solamente a Dios. (C.I.C 2117) Todas las prácticas
de magia o de hechicería mediante las
que se pretende domesticar potencias ocultas para ponerlas a su servicio y
obtener un poder sobrenatural sobre el prójimo - aunque sea para procurar la
salud -, son gravemente contrarias a la virtud de la religión. Estas prácticas
son más condenables aún cuando van acompañadas de una intención de dañar a
otro, recurran o no a la intervención de los demonios. Llevar amuletos es
también reprensible. El espiritismo
implica con frecuencia prácticas adivinatorias o mágicas. Por eso la Iglesia
advierte a los fieles que se guarden de él. El recurso a las medicinas llamadas
tradicionales no legítima ni la invocación de las potencias malignas, ni la
explotación de la credulidad del prójimo.
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