(Deut 24, 14-15) No
explotarás al jornalero pobre y necesitado
14 No explotarás al jornalero pobre y necesitado, ya sea
uno de tus compatriotas, o un extranjero que vive en alguna de las ciudades de
tu país. 15 Págale su jornal ese mismo día, antes que se ponga el sol, porque
él está necesitado, y su vida depende de su jornal. Así no invocará al Señor
contra ti, y tú no te harás responsable de un pecado.
(C.I.C 1867) La tradición catequética recuerda también que existen
‘pecados que claman al cielo’. Claman
al cielo: la sangre de Abel (cf. Gn 4, 10); el pecado de los sodomitas (cf. Gn
18, 20; 19, 13); el clamor del pueblo oprimido en Egipto (cf. Ex 3, 7-10); el
lamento del extranjero, de la viuda y el huérfano (cf. Ex 22, 20-22); la
injusticia para con el asalariado (cf. Dt 24, 14-15; St 5, 4). (C.I.C 2434) El salario justo es el fruto legítimo del trabajo. Negarlo o retenerlo
puede constituir una grave injusticia (cf. Lv 19, 13; Dt 24, 14-15; St 5, 4).
Para determinar la justa remuneración se han de tener en cuenta a la vez las
necesidades y las contribuciones de cada uno. ‘El trabajo debe ser remunerado
de tal modo que se den al hombre posibilidades de que él y los suyos vivan
dignamente su vida material, social, cultural y espiritual, teniendo en cuenta
la tarea y la productividad de cada uno, así como las condiciones de la empresa
y el bien común’ (Gaudium et spes,
67). El acuerdo de las partes no basta para justificar moralmente la cuantía
del salario.
Deuteronomio 24- pàginas selectas
(Deut 24, 1) Si un hombre escribe un acta de divorcio
1 Si un hombre se casa con una mujer, pero después le
toma aversión porque descubre en ella algo que le desagrada, y por eso escribe
un acta de divorcio, se la entregará y la despedirá de su casa.
(C.I.C 1610) La conciencia moral relativa a la unidad e indisolubilidad del
matrimonio se desarrolló bajo la pedagogía de la Ley antigua. La poligamia de
los patriarcas y de los reyes no es todavía prohibida de una manera explícita.
No obstante, la Ley dada por Moisés se orienta a proteger a la mujer contra un
dominio arbitrario del hombre, aunque la Ley misma lleve también, según la
palabra del Señor, las huellas de "la dureza del corazón" de la
persona humana, razón por la cual Moisés permitió el repudio de la mujer (cf.
Mt 19,8; Dt 24,1). (C.I.C 1611) Contemplando
la Alianza de Dios con Israel bajo la imagen de un amor conyugal exclusivo y
fiel (cf. Os 1-3; Is 54.62; Jr 2-3; 31; Ez 16;23), los profetas fueron
preparando la conciencia del Pueblo elegido para una comprensión más profunda
de la unidad y de la indisolubilidad del matrimonio (cf. Mal 2,13-17). Los
libros de Rut y de Tobías dan testimonios conmovedores del sentido hondo del
matrimonio, de la fidelidad y de la ternura de los esposos. La Tradición ha
visto siempre en el Cantar de los Cantares una expresión única del amor humano,
en cuanto que éste es reflejo del amor de Dios, amor "fuerte como la
muerte" que "las grandes aguas no pueden anegar" (Ct 8,6-7).
Deuteronomio 18 - pàginas selectas
(Deut 18, 10-11) Nadie practique
adivinación, astrología, magia
10 Que no haya entre ustedes nadie que inmole en el
fuego a su hijo o a su hija, ni practique la adivinación, la astrología, la
magia o la hechicería. 11 Tampoco hará ningún encantador, ni consultor de
espectros o de espíritus, ni evocador de muertos.
(C.I.C 2116) Todas las formas
de adivinación deben rechazarse: el
recurso a Satán o a los demonios, la evocación de los muertos, y otras
prácticas que equivocadamente se supone ‘desvelan’ el porvenir (Cf. Dt 18, 10;
Jr 29, 8). La consulta de horóscopos, la astrología, la quiromancia, la
interpretación de presagios y de suertes, los fenómenos de visión, el recurso a
‘mediums’ encierran una voluntad de poder sobre el tiempo, la historia y,
finalmente, los hombres, a la vez que un deseo de granjearse la protección de
poderes ocultos. Están en contradicción con el honor y el respeto, mezclados de
temor amoroso, que debemos solamente a Dios. (C.I.C 2117) Todas las prácticas
de magia o de hechicería mediante las
que se pretende domesticar potencias ocultas para ponerlas a su servicio y
obtener un poder sobrenatural sobre el prójimo - aunque sea para procurar la
salud -, son gravemente contrarias a la virtud de la religión. Estas prácticas
son más condenables aún cuando van acompañadas de una intención de dañar a
otro, recurran o no a la intervención de los demonios. Llevar amuletos es
también reprensible. El espiritismo
implica con frecuencia prácticas adivinatorias o mágicas. Por eso la Iglesia
advierte a los fieles que se guarden de él. El recurso a las medicinas llamadas
tradicionales no legítima ni la invocación de las potencias malignas, ni la
explotación de la credulidad del prójimo.
Deuteronomio 15 - pàginas selectas
(Deut 15, 11) Abre generosamente tu mano al pobre
11 Es verdad que nunca faltarán pobres en tu país. Por
eso yo te ordeno: abre generosamente tu mano al pobre, al hermano indigente que
vive en tu tierra.
(C.I.C 2449) En el Antiguo Testamento, toda
una serie de medidas jurídicas (año jubilar, prohibición del préstamo a
interés, retención de la prenda, obligación del diezmo, pago cotidiano del
jornalero, derecho de rebusca después de la vendimia y la siega) corresponden a
la exhortación del Deuteronomio: ‘Ciertamente nunca faltarán pobres en este
país; por esto te doy yo este mandamiento: debes abrir tu mano a tu hermano, a
aquél de los tuyos que es indigente y pobre en tu tierra’ (Dt 15, 11). Jesús hace
suyas estas palabras: ‘Porque pobres siempre tendréis con vosotros; pero a mí
no siempre me tendréis’ (Jn 12, 8). Con esto, no hace caduca la vehemencia de
los oráculos antiguos: ‘comprando por dinero a los débiles y al pobre por un
par de sandalias [...]’ (Am 8, 6), sino que nos invita a reconocer su presencia
en los pobres que son sus hermanos (cf. Mt 25, 40): El día en que su madre le
reprendió por atender en la casa a pobres y enfermos, santa Rosa de Lima le
contestó: ‘Cuando servimos a los pobres y a los enfermos, servimos a Jesús. No
debemos cansarnos de ayudar a nuestro prójimo, porque en ellos servimos a
Jesús’ (P. Hansen, Vita mirabilis […] venerabilis
sororis Rosae de Sancta Maria Limensis (Roma 1664) p. 200).
Deuteronomio 14- pàginas selectas
(Deut 14, 1-2) Ustedes
son hijos del Señor su Dios
1 Ustedes son hijos del Señor, su Dios. No se hagan
incisiones ni se rapen el cabello sobre la frente en homenaje a un muerto. 2
Porque tú eres un pueblo consagrado al Señor, tu Dios y él te eligió para que
fueras su propio pueblo, prefiriéndote a todos los demás pueblos de la tierra.
(C.I.C 441) Hijo
de Dios, en el Antiguo Testamento, es un título dado a los ángeles (cf. Dt
32, 8; Jb 1, 6), al pueblo elegido (cf. Ex 4, 22;Os 11, 1; Jr 3, 19; Si 36, 11;
Sb 18, 13), a los hijos de Israel (cf. Dt 14, 1; Os 2, 1) y a sus reyes (cf. 2S
7, 14; Sal 82, 6). Significa entonces una filiación adoptiva que establece
entre Dios y su criatura unas relaciones de una intimidad particular. Cuando el
Rey-Mesías prometido es llamado "hijo de Dios" (cf. 1Cro 17, 13; Sal
2, 7), no implica necesariamente, según el sentido literal de esos textos, que
sea más que humano. Los que designaron así a Jesús en cuanto Mesías de Israel
(cf. Mt 27, 54), quizá no quisieron decir nada más (cf. Lc 23, 47).