YOUCAT Pregunta n. 290. – Parte II. ¿Cómo nos ayuda Dios a llegar a ser hombres libres?
(Respuesta
YouCat – repeticion) Cristo quiere que nosotros, «liberados para la libertad »
(Gal 5,1) seamos capaces de amar fraternalmente.Por eso nos da el Espíritu
Santo, que nos hace libres e independientes de los poderes de este mundo, y nos
fortalece para una vida de amor y de responsabilidad.
Reflecciones y puntos a profundizar (Comentario CIC) (C.I.C 1741) Liberación y salvación. Por su Cruz
gloriosa, Cristo obtuvo la salvación para todos los hombres. Los rescató del
pecado que los tenía sometidos a esclavitud. ‘Para ser libres nos libertó
Cristo’ (Ga 5,1). En Él participamos de ‘la verdad que nos hace libres’ (Jn
8,32). El Espíritu Santo nos ha sido dado, y, como enseña el apóstol, ‘donde
está el Espíritu, allí está la libertad’ (2Co 3,17). Ya desde ahora nos
gloriamos de la ‘libertad de los hijos de Dios’ (Rm 8,21).
Para meditar
(Comentario YouCat) Cuanto más
pecamos, tanto más pensamos sólo en nosotros mismos, tanto peor podemos
desarrollarnos libremente.En el pecado nos volvemos además inútiles para hacer
el bien y vivir el amor. El Espíritu Santo, que ha sido derramado en nuestros
corazones, nos concede un corazón lleno de amor a Dios y a los hombres.
Percibimos al Espíritu Santo como el poder que nos conduce a la libertad
interior, que nos abre al amor y que nos hace instrumentos cada vez mejores
para el bien y el amor.
(Comentario CIC) (C.I.C 1742) Libertad y gracia. La gracia de Cristo
no se opone de ninguna manera a nuestra libertad cuando ésta corresponde al
sentido de la verdad y del bien que Dios ha puesto en el corazón del hombre. Al
contrario, como lo atestigua la experiencia cristiana, especialmente en la
oración, a medida que somos más dóciles a los impulsos de la gracia, se
acrecientan nuestra íntima verdad y nuestra seguridad en las pruebas, como
también ante las presiones y coacciones del mundo exterior. Por el trabajo de
la gracia, el Espíritu Santo nos educa en la libertad espiritual para hacer de
nosotros colaboradores libres de su obra en la Iglesia y en el mundo. “Dios
omnipotente y misericordioso, aparta de nosotros los males, para que, bien
dispuesto nuestro cuerpo y nuestro espíritu, podamos libremente cumplir tu
voluntad” (Domingo XXXII del Tiempo
Ordinario, Colecta: Misal Romano).
(Siguiente Pregunta: ¿Cómo puede un hombre distinguir si sus actos son buenos o son malos?)
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