YOUCAT Pregunta 97. Parte II. ¿Son culpables los judíos de la muerte de Jesús?
(Respuesta YouCat - repeticion) Nadie puede
atribuir a «los judíos» una culpa colectiva en la muerte de Jesús. Lo que la
Iglesia confiesa con certeza, por el contrario, es la responsabilidad de todos
los pecadores en la muerte de Jesús.
Reflecciones y puntos a profundizar (Comentario CIC) (C.I.C 598a) La Iglesia, en el magisterio de su fe
y en el testimonio de sus santos, no ha olvidado jamás que "los pecadores
mismos fueron los autores y como los instrumentos de todas las penas que
soportó el divino Redentor" (Catecismo
Romano, I, 5, 11; cf. Hb 12, 3). Teniendo en cuenta que nuestros pecados
alcanzan a Cristo mismo (cf. Mt 25, 45; Hch 9, 4-5), la Iglesia no duda en
imputar a los cristianos la responsabilidad más grave en el suplicio de Jesús,
responsabilidad con la que ellos con demasiada frecuencia, han abrumado
únicamente a los judíos: “Debemos considerar como culpables de esta horrible
falta a los que continúan recayendo en sus pecados.
Para Meditar
(Comentario YouCat) El anciano profeta Simeón
predijo que Jesús llegaría a ser «signo de contradicción» (Le 2,34b). Existió
el rechazo decidido de Jesús por parte de las autoridades judías, pero entre
Los fariseos, por ejemplo, hubo también partidarios secretos de Jesús, como
Nicodemo y José de Arimatea. En el proceso de Jesús estuvieron implicadas
diferentes personas y autoridades romanas y judías (Caifas, Judas, el Sanedrín,
Herodes, Poncio Pilato), cuya culpa individual sólo Dios conoce. La tesis de
que todos los judíos de entonces o los que viven actualmente sean culpables de
la muerte de Jesús es absurda y no se sostiene según la Biblia.
(Comentario CIC) (C.I.C 598b) Ya que son nuestras malas acciones
las que han hecho sufrir a Nuestro Señor Jesucristo el suplicio de la cruz, sin
ninguna duda los que se sumergen en los desórdenes y en el mal "crucifican
por su parte de nuevo al Hijo de Dios y le exponen a pública infamia (Hb 6, 6).
Y es necesario reconocer que nuestro crimen en este caso es mayor que el de los
judíos. Porque según el testimonio del Apóstol, "de haberlo conocido ellos no habrían crucificado jamás al Señor de la
Gloria" (1Co 2, 8). Nosotros, en cambio, hacemos profesión de
conocerle. Y cuando renegamos de El con nuestras acciones, ponemos de algún
modo sobre El nuestras manos criminales” (Catecismo
Romano 1, 5, 11). “Y los demonios no son los que le han crucificado; eres
tú quien con ellos lo has crucificado y lo sigues crucificando todavía,
deleitándote en los vicios y en los pecados” (San Francisco de Asís, Admonitio 5, 3).
(Sigue la Pregunta: ¿Quería Dios la muerte de su propio Hijo?)
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