YOUCAT Pregunta n. 39. – Parte IV. ¿Es Jesús Dios? ¿Forma parte de la Trinidad?
(Respuesta YouCat – repeticion) Jesús de
Nazaret es el Hijo, la segunda persona divina, a quien aludimos cuando rezamos:
«En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo» (Mt 28,19).
Reflecciones y puntos a
profundizar (Comentario
CIC) (C.I.C 255) Las personas divinas son
relativas unas a otras. La distinción real de las Personas entre sí, porque
no divide la unidad divina, reside únicamente en las relaciones que las
refieren unas a otras: "En los nombres relativos de las personas, el Padre
es referido al Hijo, el Hijo lo es al Padre, el Espíritu Santo lo es a los dos;
sin embargo, cuando se habla de estas tres personas considerando las relaciones
se cree en una sola naturaleza o substancia" (XI Concilio de Toledo (año
675): DS 528). En efecto, "en Dios todo es uno, excepto lo que comporta
relaciones opuestas" (Concilio de Florencia, (año 1442): DS 1330). "A
causa de esta unidad, el Padre está todo en el Hijo, todo en el Espíritu Santo;
el Hijo está todo en el Padre, todo en el Espíritu Santo; el Espíritu Santo
está todo en el Padre, todo en el Hijo" (Concilio de Florencia (1442): DS
1331). (C.I.C 259) Toda la economía divina,
obra a la vez común y personal, da a conocer la propiedad de las personas
divinas y su naturaleza única. Así, toda la vida cristiana es comunión con cada
una de las personas divinas, sin separarlas de ningún modo. El que da gloria al
Padre lo hace por el Hijo en el Espíritu Santo; el que sigue a Cristo, lo hace
porque el Padre lo atrae (cf. Jn 6, 44) y el Espíritu lo mueve (cf. Rom 8, 14).
Para meditar
(Comentario YouCat) 0 bien
Jesús era un impostor aL hacerse señor del Sábado y dejar que se dirigieran a
él con eL título de «Señor», o era realmente Dios. Llegó a provocar escándalo
al perdonar los pecados. Esto, a los ojos de sus contemporáneos, era un crimen
digno de muerte. Mediante los signos y los milagros, pero especialmente a
través de la Resurrección, los discípulos se dieron cuenta de quién era Jesús y
lo adoraron como el Señor. Ésta es la fe de la Iglesia.
(Comentario CIC) (C.I.C 448) Con mucha frecuencia, en los
Evangelios, hay personas que se dirigen a Jesús llamándole "Señor".
Este título expresa el respeto y la confianza de los que se acercan a Jesús y
esperan de Él socorro y curación (cf. Mt 8, 2; 14, 30; 15, 22, etc.). Bajo la
moción del Espíritu Santo, expresa el reconocimiento del misterio divino de
Jesús (cf. Lc 1, 43; 2, 11). En el encuentro con Jesús resucitado, se convierte
en adoración: "Señor mío y Dios mío" (Jn 20, 28). Entonces toma una
connotación de amor y de afecto que quedará como propio de la tradición
cristiana: "¡Es el Señor!" (Jn 21, 7). (C.I.C 449) Atribuyendo a
Jesús el título divino de Señor, las primeras confesiones de fe de la Iglesia
afirman desde el principio (cf. Hch 2, 34-36) que el poder, el honor y la
gloria debidos a Dios Padre convienen también a Jesús (cf. Rm 9, 5; Tt 2, 13;
Ap 5, 13) porque el es de "condición divina" (Flp 2, 6) y el Padre
manifestó esta soberanía de Jesús resucitándolo de entre los muertos y
exaltándolo en su gloria (cf. Rm 10, 9;1 Co 12, 3; Flp 2,11). [Fin]
(Continua la Pregunta: ¿Es Jesús Dios? ¿Forma parte de la Trinidad?)
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