575. ¿Cómo fortalecer nuestra confianza filial? (Tercera parte - continuación)
(Compendio 575
- repetición) La confianza filial se pone a prueba cuando
pensamos que no somos escuchados. Debemos preguntarnos, entonces, si Dios es
para nosotros un Padre cuya voluntad deseamos cumplir, o más bien un simple
medio para obtener lo que queremos. Si nuestra oración se une a la de Jesús,
sabemos que Él nos concede mucho más que este o aquel don, pues recibimos al
Espíritu Santo, que transforma nuestro corazón.
Resumen
(C.I.C 2756) La
confianza filial se pone a prueba cuando tenemos el sentimiento de no ser
siempre escuchados. El Evangelio nos invita a conformar nuestra oración al
deseo del Espíritu.
Profundizar y modos
de explicaciones
(C.I.C 2739) En
San Pablo, esta confianza es audaz (cf. Rm 10, 12-13), basada en la oración del
Espíritu en nosotros y en el amor fiel del Padre que nos ha dado a su Hijo
único (cf. Rm 8, 26-39). La transformación del corazón que ora es la primera
respuesta a nuestra petición. (C.I.C 2740) La oración de Jesús hace de la
oración cristiana una petición eficaz. Él es su modelo. Él ora en nosotros y
con nosotros. Puesto que el corazón del Hijo no busca más que lo que agrada al
Padre, ¿cómo el de los hijos de adopción se apegaría más a los dones que al
Dador?
Para la reflexión
(C.I.C 2741)
Jesús ora también por nosotros, en nuestro lugar y favor nuestro. Todas
nuestras peticiones han sido recogidas una vez por todas en sus palabras en la
Cruz; y escuchadas por su Padre en la Resurrección, por eso no deja de
interceder por nosotros ante el Padre (cf. Hb 5, 7; 7, 25; 9, 24). Si nuestra
oración está resueltamente unida a la de Jesús, en la confianza y la audacia
filial, obtenemos todo lo que pidamos en su Nombre, y aún más de lo que
pedimos: recibimos al Espíritu Santo, que contiene todos los dones. [Fin]
(Siguiente pregunta: ¿Es posible orar en todo momento?)
(Siguiente pregunta: ¿Es posible orar en todo momento?)
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