I Samuel 12 - paginas
selectas
(1S 12, 23) ¡Lejos de mi pecar contra el Señor!
23 En lo que a mí respecta, ¡lejos de mi pecar contra el
Señor, dejando de rogar por ustedes!
C.I.C
2634) La intercesión es una oración de petición que nos conforma muy de cerca
con la oración de Jesús. Él es el único
intercesor ante el Padre en favor de todos los hombres, de los pecadores en
particular (cf. Rm 8, 34; 1Jn 2, 1; 1Tm 2. 5-8). Es capaz de "salvar
perfectamente a los que por Él se llegan a
Dios, ya que está siempre vivo para interceder en su favor" (Hb 7, 25). El
propio Espíritu Santo "intercede por nosotros […] y su intercesión a favor
de los santos es según Dios" (Rm 8, 26-27). (C.I.C 2635) Interceder, pedir en favor de
otro, es, desde Abraham, lo propio de un corazón conforme a la misericordia de
Dios. En el tiempo de la Iglesia, la intercesión cristiana participa de la de
Cristo: es la expresión de la comunión de los santos. En la intercesión, el que
ora busca "no su propio interés sino […] el de los demás" (Flp 2, 4),
hasta rogar por los que le hacen mal (Cf. San Esteban orando por sus verdugos,
como Jesús: Hch 7, 60; Lc 23, 28. 34).
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